La agencia espacial estadounidense (NASA) reveló este martes que halló amoniácidos y precursores del ácido ribonucleico (ARN) en el asteroide Bennu, el cual brinda nuevas pistas para los científicos sobre la formación del sistema solar y los orígenes de la vida.
La muestra, traída a la Tierra por la misión OSIRIS-REx de la NASA, contenía ribosa (un componente del ARN) y glucosa (fuente de energía para organismos vivos), en una sustancia parecida a la “goma” nunca antes vista en rocas espaciales, mezclada con una gran cantidad de polvo de estrellas que han explotado (algunas de ellas supernovas), según los descubrimientos publicados este martes en la revista Nature Geoscience.
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Los científicos explicaron que aunque estas moléculas orgánicas, incluidos aminoácidos y nucleobases, no constituyen evidencia de vida por sí solas, su presencia en el asteroide demuestra que sus componentes esenciales están ampliamente distribuidos por todo el sistema solar.
“Los cinco componentes utilizados para construir ADN y ARN ya se han encontrado en las muestras de Bennu traídas a la Tierra. El nuevo descubrimiento de la ribosa (uno de los azúcares encontrados) significa que todos los elementos para formar la molécula de ARN están presentes en el asteroide”, afirmó Yoshihiro Furukawa, el científico que lideró la investigación.
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Los investigadores consideraron que la presencia de ribosa y la ausencia de desoxirribosa (elemento clave en el ADN), respaldaría la hipótesis del ‘mundo del ARN’, según la cual las primeras formas de vida dependerían del ARN y no del ADN como molécula principal para almacenar información e impulsar las reacciones químicas necesarias para la supervivencia.
“Estos hallazgo son una prueba sólida de que los ingredientes químicos cruciales para la vida estaban disponibles de manera extensa en asteroides por todo nuestro sistema solar”, indicó la NASA.
“La vida actual se basa en un sistema complejo de ADN, ARN y proteínas. Sin embargo, la vida primitiva podría haber sido más simple. El ARN es el principal candidato para ser el primer biopolímero funcional, ya que puede almacenar información genética y catalizar numerosas reacciones biológicas”, añadió Furukawa.
En un artículo publicado en la revista Nature Astronomy, también se reveló la presencia de un material gomoso en las muestras de Bennu, nunca antes visto en rocas espaciales, algo que podría haber ayudado a preparar el terreno en la Tierra para el surgimiento de la vida.
Un tercer estudio identificó grandes cantidades de polvo de supernovas, estrellas que explotaron mucho antes de que existiera nuestro sistema solar. El asteroide contiene seis veces más de este material que cualquier otra muestra, lo que significa que Bennu se formó en una región rica en restos de estrellas antiguas. (I)