Cinco años después de que el Brexit dejara a Gibraltar en una especie de limbo legal en Europa, finalmente se ha alcanzado un acuerdo sobre su estatus.
Los ministros de Exteriores de Reino Unido, España y la Unión Europea (UE), junto con el ministro principal gibraltareño, sellaron este miércoles en Bruselas el inicio de una nueva etapa para el territorio británico de ultramar y su relación con el continente.
Estratégicamente ubicado frente al estrecho que conecta el mar Mediterráneo con el océano Atlántico, Gibraltar pertenece a Reino Unido desde 1713, si bien España nunca ha renunciado a su soberanía y lo sigue reclamando.
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Según los representantes de las partes firmantes, el nuevo acuerdo busca garantizar la estabilidad, la prosperidad compartida y la libre circulación de personas y mercancías desde y hacia este territorio de 6,7 kilómetros cuadrados con unos 38.500 residentes permanentes.
Aunque aún debe traducirse en un tratado legal definitivo, el consenso alcanzado pone fin a uno de los últimos retos pendientes del proceso de salida de Reino Unido de la UE materializado en 2020.
Repasamos algunas de las claves del nuevo acuerdo.
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1. Qué contempla
El nuevo acuerdo entre Reino Unido, España y la Unión Europea sienta las bases para una nueva relación entre Gibraltar y su entorno tras la salida de Reino Unido de la UE, el llamado Brexit.
El pacto busca, según se extrae de los diferentes comunicados emitidos por las partes, facilitar la vida diaria de miles de personas que cruzan la frontera, impulsar la economía de la zona y garantizar una convivencia estable, todo ello sin entrar en la disputa sobre la soberanía del territorio.
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Uno de los cambios más visibles será la desaparición de la Verja, la valla física que separa Gibraltar de la localidad española de La Línea de la Concepción, considerada el último muro de la Europa continental.
La Verja, como se la denomina popular y formalmente, fue construida por Reino Unido en 1908, cerrada por el dictador español Francisco Franco en 1969 y reabierta en 1985.
Además de poner fin a más de un siglo de frontera física, su retirada permitirá que las más de 15.000 personas que cruzan cada día la delimitación -la mayoría para trabajar- lo hagan sin filas ni tediosas inspecciones.
En su lugar habrá un sistema de controles conjuntos: las autoridades de Gibraltar seguirán supervisando el tránsito interno y España asumirá el control del lado europeo, incluyendo el puerto y el aeropuerto.
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Se trata de un modelo similar al que hoy funciona en Londres con la policía francesa en la estación de trenes de Saint Pancras.
En el aeropuerto, con los nuevos controles podrán operar vuelos desde y hacia destinos europeos, lo que mejorará la conexión de Gibraltar con el continente y beneficiará al turismo y a la región, según destacó el canciller británico, David Lammy.
En cuanto a las mercancías, se eliminarán los controles físicos en la frontera para evitar retrasos.
A cambio, Gibraltar se compromete a subir poco a poco los impuestos de productos como el tabaco para evitar que haya una competencia desleal con los comercios de su entorno en suelo español.
También se avanzará hacia una mayor armonización fiscal con la Unión Europea, indicaron las partes.
Por otra parte, el acuerdo prevé la creación de un fondo económico específico para financiar proyectos conjuntos entre Gibraltar y municipios españoles vecinos, como La Línea, San Roque o Algeciras, con objetivos como impulsar el empleo, mejorar la formación profesional y atraer inversiones que ayuden al desarrollo de esta región.
También incluye mecanismos de cooperación en seguridad, medio ambiente, empleo y Seguridad Social, lo que según las autoridades buscaría proteger los derechos de los trabajadores transfronterizos y asegurar condiciones justas para empresas y particulares a ambos lados de la frontera.
2. Por qué es importante
Cuando Reino Unido votó a favor del Brexit en 2016, Gibraltar quedó en una situación especialmente delicada.
Aunque el 96% de su población rechazó abandonar la Unión Europea, el territorio británico quedó automáticamente fuera del bloque junto con el resto del país al materializarse la salida 4 años después.
Desde entonces su relación con España y la UE permanecía en el limbo, y durante más de cinco años no hubo un acuerdo definitivo sobre cómo gestionar la frontera, la cooperación económica o el tránsito de personas y mercancías.
Los firmantes destacaron que el nuevo pacto firmado en Bruselas resuelve ese vacío legal y evita los efectos negativos que habría generado la aplicación del sistema europeo de entrada y salida prevista para finales de este año, que exigía revisar uno a uno los pasaportes.
Según la Cancillería británica, sin este acuerdo se habría creado una “frontera dura” que podría haber costado “cientos de millones al año” a la economía gibraltareña por las demoras y los controles excesivos.
El ministro de Relaciones Exteriores de España, José Manuel Albares, declaró que el acuerdo “marca un antes y un después para la estabilidad y el bienestar” al garantizar la libre circulación de los trabajadores de este país que cruzan a diario la frontera, además de facilitar el desarrollo económico.
Las partes también destacaron que el pacto beneficia al comercio, al turismo y a los inversores al eliminar incertidumbres jurídicas y establecer reglas claras.
Y aunque no aborda la disputa histórica sobre la soberanía del Peñón, sí “salvaguarda las respectivas posiciones jurídicas de España y Reino Unido en materia de soberanía y jurisdicción”, según una declaración conjunta emitida tras la firma.
3. En qué situación queda Gibraltar
Con este acuerdo político, destacaron las partes, Gibraltar da un paso clave hacia una nueva relación con la Unión Europea y con España.
Aunque el pacto aún debe traducirse en un tratado legal definitivo, todas las partes han manifestado su intención de cerrar el proceso lo antes posible.
Según el comisario europeo Maros Sefcovic, los equipos negociadores ya tienen “el camino despejado” para ultimar el texto y proceder a su firma y ratificación.
Tanto Reino Unido como España han dejado claro que el pacto no altera el estatus político de Gibraltar en cuanto a la disputa sobre la soberanía, y cada parte mantiene su posición.
Desde el punto de vista legal y económico, el Peñón quedará más integrado en algunas estructuras europeas, como el espacio Schengen y la unión aduanera, aunque sin ser miembro formal de la UE.
Esto implicará ciertas adaptaciones como la cooperación fiscal o el refuerzo en la lucha contra el blanqueo de capitales, tema por el cual la Comisión Europea adelantó que retirará a Gibraltar de su lista de territorios de “alto riesgo”.
El acuerdo también representa una mejora en su relación con las poblaciones españolas que lo rodean.
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, celebró que ahora los gibraltareños y sus empresas contarán con “seguridad jurídica”, y la región podrá avanzar hacia una “prosperidad compartida” con sus vecinos del Campo de Gibraltar.
En los próximos meses, los negociadores trabajarán en los detalles técnicos del tratado, que deberá ser aprobado por las partes implicadas para dejar atrás un período de 5 años de incertidumbre y abrir una etapa de mayor integración y cooperación regional.