Por Alberto Molina Flores*
Motivo de inmensa preocupación es la inseguridad que ha ido creciendo en el país a tal extremo que hay un verdadero clamor por parte de la ciudadanía para que se tomen las medidas necesarias de forma urgente. Las cifras y los hechos son elocuentes, hay una escalada de la delincuencia que requiere medidas heroicas.
No faltan razones para sentirnos aterrorizados: los asaltos, robos, secuestros y asesinatos, los actos criminales en general, ocurren en todo momento y en cualquier lugar, no importa si es de día o de noche y lo que más preocupa es que cada vez son más violentos y audaces; a esto se suman los asesinatos por encargo y los “ajustes de cuentas” a manos de sicarios; la audacia y la agresividad de los delincuentes han llegado a grados extremos jamás vistos en nuestro país.
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Las cifras de muertes violentas en Ecuador estremecen. Según los datos de la Policía, entre el 1 de enero y el 28 de noviembre de este año se registraron 8.272 homicidios intencionales. Se calcula que el año terminaría con alrededor de 9.000 muertes violentas.
De esta cifra, 7.650 muertes corresponderían a asesinatos producto de enfrentamientos entre bandas criminales organizadas y 1.350 a víctimas colaterales de estos actos.
La Zona 8 que corresponde a Guayaquil, Durán y Samborondón es la de mayor afectación, pese a la declaratoria de Conflicto Armado Interno y de los permanentes operativos del Bloque de Seguridad (Fuerzas Armadas y Policía), son alrededor de 2760 muertes violentas, la mayoría a través de ataques con armas de fuego, incluido fusiles de uso militar; a esto se suman los datos de las provincias de la Costa son las más afectadas: Los Ríos con 1.147 muertes, Manabí 1.141, Zona 5 (22 cantones de la provincia del Guayas) 893, El Oro 633, Esmeraldas 291 y Santa Elena 203.
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No solo las muertes violentas han aumentado en el país, también registran altos niveles otros delitos como secuestros, ‘vacunas’, extorsiones y robos violentos, lo que evidencia el crecimiento de la criminalidad tanto en las zonas urbanas como en las rurales.
Los datos del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado (OECO) son reveladores de una verdadera tragedia que sufre nuestro país, se señala como el epicentro de la crisis al cantón Puebloviejo, en la provincia de Los Ríos, dicho cantón tiene una tasa de criminalidad de 187.64 de muertes por cada 100.000 habitantes, no se quedan atrás los cantones Quinsaloma, Las Naves, Balao, Huaquillas, etc. Estos terribles datos constituyen el termómetro de la violencia en nuestro país.
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ADN plantea imprescriptibilidad de los delitos de terrorismo y delincuencia organizada
Habrá visos de volver a tener paz y tranquilidad si el Gobierno, Asamblea, justicia, empresa privada, la academia, organizaciones gremiales, gobiernos seccionales, ciudadanía, etc. se unen bajo un liderazgo que genere confianza y credibilidad, que no se diluyan los esfuerzos en acciones dispersas y que sean contundentes y firmes.
Que las fuerzas del orden se depuren y los malos elementos sean severamente sancionados, igualmente los operadores de justicia; que se pida urgente apoyo a los países que de una u otra forma están involucrados en este grave problema; que los Gobiernos de los países vecinos –Colombia y Perú– asuman sus responsabilidades en sus respectivas fronteras; que se intervenga con firmeza en las cárceles para desarticular las bandas criminales, las cuales deben ser dirigidas por expertos. (O)
*Molina Flores es coronel del ejército en servicio pasivo y ex gobernador del Guayas.




















