El análisis del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del Ministerio del ramo sobre el impacto del COVID-19 en la producción y en los medios de vida agrícolas indica que el 30% de los hogares rurales tuvo una inseguridad alimentaria moderada-severa y en un 5% la situación fue más grave.