A lo lejos, el volcán Cotopaxi se muestra imponente. Es un triángulo casi perfecto, cubierto de hielo y nieve. En pleno verano, cuando el azul del cielo es más intenso sirve como fondo perfecto para sacar la cámara y hacer una o mil postales y selfies. Es una de las imágenes más icónicas de la Sierra ecuatoriana.