El Municipio de Quito informó que la línea de transmisión que abastece de agua potable a Calacalí, San Antonio de Pichincha y Calderón, en el norte de la capital, empieza a estabilizarse.

Según el cabildo, tras las evaluaciones realizadas durante el fin de semana, las acciones ejecutadas desde el viernes pasado permitieron recuperar progresivamente la operatividad del sistema. Hasta este martes, 16 de diciembre, el servicio se normalizaría por completo, señaló.

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Las variaciones en el abastecimiento y los racionamientos registrados en algunos barrios de estas parroquias se debieron a una desestabilización en la línea Bellavista-Collaloma-Calderón-Calacalí, una infraestructura sensible que puede verse afectada por la falta de lluvias y el aumento del consumo de agua, sostuvo en un comunicado.

En los últimos diez días, Quito registró altas temperaturas y ausencia de lluvias, incluso en plena temporada invernal. Esta combinación incrementó la demanda de agua, especialmente durante el fin de semana, lo que generó presión adicional sobre el sistema, explicó.

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Para enfrentar esta situación, se realizaron ajustes en la distribución del agua, priorizando el abastecimiento hacia los barrios ubicados en zonas altas, por lo que se recuperaron los niveles en los tanques elevados y el sistema empezó a estabilizarse de forma gradual.

El Municipio puntualizó que en esa zona del norte de la ciudad existe un racionamiento permanente debido al crecimiento poblacional y a la alta demanda.

Como complemento, el abastecimiento con tanqueros y tanques de reserva ayudó a reducir el impacto de la disminución temporal del servicio en los sectores más afectados.

Actualmente, estas zonas cuentan con cronogramas de abastecimiento y un tanquero permanente.

Una vez resuelta la descompensación y regulado el sistema, los barrios volverán a los cronogramas vigentes.

La solución definitiva será el proyecto Agua para Calderón, que avanza, mencionó el cabildo. (I)