Los hechos de violencia que se registran a nivel nacional y en el entorno educativo motivan a que se realice una nueva inserción curricular en Ecuador.
En los últimos días se difundió un video en el que se observa afuera de una institución pública, en un parque de Quito, una riña entre alumnas ante la inacción de personas que miraron el hecho e incluso lo grabaron.
Esos y otros hechos relacionados con la inseguridad motivan a que se realicen una nueva inserción curricular a las que ya se implementaron en el régimen Sierra-Amazonía desde 2024-2025.
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Comprenden competencias en Educación Cívica, Ética e Integridad, Educación Socioemocional, Educación para la Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, Educación para el Desarrollo Sostenible y Educación Financiera.
Patricio Moreno, subsecretario de Educación del Distrito Metropolitano de Quito del Ministerio de Educación, sin especificar cifras, señaló que sí ha habido una reducción de hechos de violencia en el último año lectivo.
Lo atribuyó a la implementación de inserciones curriculares en cívica, ética, integridad, en las que, dijo, se tratan los valores, se fomenta el respeto al prójimo, el diálogo, y la generación de talleres socioemocionales con los estudiantes para darles otras herramientas de resolución de conflictos que, a su criterio, han dado buenos resultados.
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Sin embargo, para fortalecer esos temas se implementará otra inserción curricular, en seguridad integral.
“Vamos a trabajar ya desde las aulas, desde qué implica la seguridad, cuáles son también las consecuencias que tenemos al hacer actos como estos, la violencia no se justifica desde ningún aspecto. Que sea un tema de diálogo, no solamente en los colegios, sino en la comunidad en general”, dijo.
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Añadió que si los estudiantes no están conscientes de lo que puede llegar a pasar, pero sí saben que si hay una sanción, que si cometen actos de indisciplina, de violencia, van a ser separados, capaz se empieza a generar un cambio en ese accionar.
Moreno expresó que un alumno puede ser expulsado de una institución educativa y está establecido en la normativa.
Según el subsecretario, si se habla de esto en los colegios, los alumnos lo conversan con sus padres, con sus familias, en sus casas, posiblemente la sociedad va a empezar a entender la seguridad desde otra perspectiva.
Mencionó además que se busca hacer cambios en la normativa y reestructurar lo que se llama rutas y protocolos de actuación en el sistema educativo, para que haya más agilidad en las respuestas y efectivas de docentes, departamentos de consejería estudiantil, de los padres de familia, porque con los representantes se requiere que haya una corresponsabilidad.
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Érika Lainez, exsubsecretaria de Educación y rectora de una unidad educativa privada, sostuvo que actualmente la seguridad sí es abordada en el ámbito educativo con charlas, a través de la Policía Nacional, pero consideró importante que el tema sea tratado como una inserción en la malla curricular.
Adujo esto por los desafíos que hay para los estudiantes y para la sociedad en general. Señaló que puede ser beneficioso para prevenir riesgos y promover una cultura de seguridad en las aulas.
A su parecer, también podría impulsar el desarrollo de las habilidades emocionales en la toma de decisiones responsables, inculcar valores, un entorno más participativo.
Otro aspecto para tomar en cuenta, mencionó, es la capacitación docente, pues al ser un tema nuevo hay que formarlos e incluir a la comunidad educativa, como los padres de familia.
Indicó que el hecho de que sea obligatorio permite que sea abordado de una manera transversal y ahora se vuelve necesaria por los momentos de inseguridad.
A Berenice Cordero, exministra de Inclusión Económica y Social (MIES), le pareció interesante la inserción curricular siempre que haya una autorregulación, es decir, no tanto cómo defenderse del crimen o de la inseguridad, sino de la capacidad propia de controlar emociones y comportamientos.
La seguridad integral, argumentó, tiene que basarse en el desarrollo de esa capacidad que significa reconocer los sentimientos y emociones e identificar cuáles son los hechos que los desencadenan, que podrían ser de ansiedad, preocupación, tristeza, ira, frustración, malestar, a fin de trabajarlos. Esto especialmente en el entorno educativo y si podría ser aplicado en la familia.
A partir de septiembre de 2025, en el régimen Sierra-Amazonia se iniciará la aplicación y se preparan los contenidos, entre ellos, conocimiento de normativa, de códigos legales, resolución de conflictos.
Moreno aclaró que no será como una materia, sino que es una inserción curricular que se trabajará en los distintos espacios educativos, dependiendo de las materias. (I)