Desde el estado de excepción, los militares han entrado a las cárceles para tratar de poner orden y asumir un control que antes estaba a cargo de las bandas.

Decenas de requisas desarrolladas en los centros carcelarios han permitido el decomiso de armas, licores, cigarrillos, teléfonos celulares y otros artículos que se suponen deben estar restringidos para los privados de libertad.

En un último operativo incluso se detectaron celdas vip y un jacuzzi en un centro carcelario.

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La toma de control de los militares de las cárceles ha llevado a que parte de la ciudadanía esté a favor de que ellos se mantengan durante un buen tiempo ante las falencias que se han detectado por parte del SNAI.

No obstante, colectivos de defensa de los derechos humanos y familiares de reos han hecho observaciones a supuestos abusos que se están perpetrando en las cárceles.

Las autoridades han indicado que se están actuando en el marco de la ley y los derechos.

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Pero, ¿qué va a pasar con la presencia militar en las cárceles una vez que termine el estado de excepción?

El presidente Daniel Noboa dijo este martes, en una entrevista en Ecuavisa, que la idea es que las Fuerzas Armadas sigan cooperando con el SNAI, el ente que maneja las cárceles.

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Noboa no habló de que los militares asuman el control y manejo del sistema carcelario, sino de una cooperación con el SNAI.

“No se puede desaparecer el SNAI, pero deberían estar cooperando las Fuerzas Armadas con el SNAI”, dijo Noboa.

Actualmente, el SNAI tiene la custodia de los privados de la libertad. Hasta el 29 de diciembre del año pasado había 30.804 internos en las 36 prisiones de Ecuador, de acuerdo con cifras oficiales de la entidad.

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De esos, el Gobierno estima que 1.500 presos son extranjeros y ya tiene un plan para repatriarlos.

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Dijo que se los moverá de 100 en 100 hasta que se envíe a todos los extranjeros de vuelta a su país.

Noboa indicó que tras ese proceso no podrán entrar de por vida a Ecuador.

Sobre la construcción de las nuevas cárceles, el mandatario mencionó que en diez u once meses se espera tener estos nuevos centros.

Dijo que muchas de las partes de estas cárceles vendrán a Ecuador prefabricadas, lo que acorta los tiempos de construcción. (I)