Desfiles, ferias, conciertos y exposiciones han permitido una dinamización en la economía de emprendedores y comerciantes de las zonas urbanas y rurales de Quito.
Estas actividades son importantes porque el centro histórico reactiva su economía en todos los locales. Existe un dato que indica que en estas fiestas por los 491 años de fundación las ventas ya superan los $ 80.000, manifestó Irina Yáñez, funcionaria de la Secretaría de Cultura.
Esto, acompañado de ciertos eventos como la presentación del “Café de Quito”, el denominado “Chulla Asado” o la “Cangrejada Fest”, a desarrollarse este domingo 7 de diciembre en la Mariscal, ha generado un impacto positivo en el objetivo de recuperar ciertos sectores afectados por alta delincuencia, el microtráfico de droga y la falta de iluminación en algunos barrios.
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A raíz de la pandemia, el centro histórico de Quito —así como las zonas de La Mariscal y la avenida 10 de Agosto, cerca del colegio Mejía y de la Basílica del Voto Nacional— perdieron población, comercio y seguridad.
Han pasado varios años desde que se implementaron diversos planes en estos sectores, cuando muchas personas abandonaron sus negocios y quienes vivían en casas propias se mudaron.
Un buen ejemplo es La Mariscal: una zona de gran concurrencia en la capital, donde solían existir discotecas, bares y restaurantes que incentivaban la vida nocturna.
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Después de 2020, esos espacios se convirtieron en zonas de alto riesgo, con personas en situación de calle y diversos grupos delictivos que ocuparon predios abandonados como centros de acopio de armas y sustancias ilícitas.
Por ello, el lugar se volvió peligroso: muy poca gente caminaba por allí, y quienes lo hacían lo hacían con mucha cautela y desesperación.
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Estrategias de recuperación: cultura, emprendimiento y eventos
Como parte de los proyectos para rescatar estos barrios del olvido, se ha apostado por generar espacios culturales y aliarse con academias para impulsar nuevas ideas y emprendimientos.
Uno de ellos es un centro de innovación en la Plaza El Quinde —más conocida como Plaza Foch—. En este espacio funciona la administración zonal con el mismo nombre, cuya función principal es coordinar eventos y actividades.
De este modo, se han creado eventos como el “Chulla Asado”, que reunió a más de 30 restaurantes en puestos de comida a la parrilla, o la presentación del “Café de Quito”, que convocó a varios caficultores del Chocó Andino, San José de Minas y otras zonas rurales.
Lo mismo ha ocurrido en el centro histórico: varios desfiles y conciertos durante este mes de diciembre, por la coyuntura de las fiestas de Quito, han permitido que las ventas aumenten y que la afluencia de gente mejore notablemente.
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“La reactivación del centro histórico ha sido muy buena. La visita de turistas nos ha permitido levantarnos económicamente tras la pandemia”, dijo Fernando Escobar, propietario de la dulcería que funciona hace 40 años.
No obstante, otra perspectiva la ofrecen los negocios ubicados bajo la iglesia de San Francisco.
“En estas dos últimas semanas las ventas han estado bajas; esperamos recuperarnos en estos tres días de feriado”, declaró Tatiana Avendaño, mesera del restaurante La Bodega de Cantuña.
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Para el experto en movilidad y docente universitario Fernando Carrión, para que exista una verdadera reactivación de barrios olvidados es necesario combatir la inseguridad y garantizar a la población mejor conectividad en transporte público.
“En Quito debemos mejorar el transporte público: debe llegar a lugares con alta capacidad turística. Además, es importante que el Municipio y el Gobierno nacional reduzcan los índices de delincuencia", afirmó.
Asimismo, en los edificios de la 10 de Agosto se planifican proyectos de arriendo con opción a compra, es decir, una persona podrá ocupar un espacio, arrendarlo y a la vez seguir pagando hasta que ese domicilio le pertenezca.
Este es un objetivo del Municipio para atraer nuevamente población a esos lugares.
Indicadores de delincuencia y percepción de seguridad recientes
En los últimos meses de 2025, la situación de seguridad en la ciudad —y en particular en zonas como La Mariscal y el centro histórico— sigue siendo compleja, aunque con algunas señales de mejora.
Según datos del sistema de emergencias ECU911, en el primer trimestre de 2025 se registraron cerca de 172.990 llamadas de emergencia en Quito, lo que representa el 21,9 % del total nacional.
De ese total, unas 16.000 llamadas correspondieron al sector de La Mariscal, principalmente por robos, riñas, escándalos en la vía pública y consumo de drogas; la mayoría ocurrieron entre la medianoche y las 04:00.
A nivel del casco histórico, un informe del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana y Gestión de Riesgos reveló que entre agosto de 2024 y agosto de 2025 la percepción de seguridad mejoró entre visitantes y comerciantes: Se incrementó en 8 a 12 puntos porcentuales.
Además, se redujeron drásticamente varios delitos y problemáticas relacionadas:
Víctimas de robos en espacio público (-12 %), hurtos de mayor connotación (-27 %), consumo de alcohol en la vía pública (“libadores” -37 %), venta de sustancias sujetas a fiscalización (-20 %), daños a la propiedad (-67 %) y eventos clandestinos (-75 %).
En cuanto a la seguridad general de Quito —lo cual influye en todas las zonas citadas—, datos de percepciones publicados por la base de datos colaborativa Numbeo indican un “índice de crimen” de 63,47 (valor alto) y un “índice de seguridad” de 36,53 (valor bajo).
Entre las preocupaciones principales están robos, hurtos, miedos a agresiones o asaltos, y problemas vinculados a drogas, robo de autos o tratamientos violentos.
Sobre la avenida 10 de Agosto no se dispone de estadísticas públicas recientes consolidadas de criminalidad desglosadas por vía.
Sin embargo, en 2024 se registraron accidentes de tránsito graves con dos peatones fallecidos y 10 lesionados en 10 siniestros en esa avenida, lo que evidencia riesgos importantes de movilidad y seguridad vial en esa arteria.
Estas cifras muestran un contexto mixto: aunque hay avances en la recuperación de espacios culturales, comerciales y en percepción de seguridad —especialmente en el centro histórico—, sigue existiendo un alto nivel de riesgo general en Quito, y zonas como
La Mariscal aún concentra numerosas emergencias vinculadas a inseguridad. (I)

























