Bajo un sol canicular en la capital de todos los ecuatorianos, cientos de personas, en su mayoría de otras provincias, se reunieron en la plaza de la Independencia para ofrecer una serenata al presidente de la República, Daniel Noboa.
Regularmente, la actividad Serenata quiteña solía realizarse por las noches en la plaza de la Independencia, un día antes de la fecha de fundación.
En el evento confluyen el alcalde y el presidente de la República en un baile que conmemora la fundación de Quito.
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Este evento, la Serenata quiteña, se lleva desarrollando desde 1960 y este año, por un impedimento del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop), según el Municipio de Quito, no se podrá realizar.
Ante esta problemática, grupos de ciudadanos, bajo su perspectiva, armaron esta versión de serenata para el presidente.
En este caso, el mismo lugar se pintó de morado y blanco para recibir la presencia del presidente Daniel Noboa en los balcones del Palacio de Carondelet.
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Los primeros en salir fueron la canciller Gabriela Sommerfeld, el ministro del Interior, John Reimberg, y el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo.
Ellos estuvieron acompañados por la corte de honor de la reina de Quito, María Emilia Cevallos, la vicepresidenta María José Pinto, los concejales Michael Aulestia y Wilson Merino; y miembros del gabinete presidencial, que bailaron y corearon las canciones típicas de la capital.
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Desfile y participación ciudadana
Un desfile acompañó el evento. Varios colegios como el Técnico Pichincha, la Unidad Educativa Louis V. de Broglie, los colectivos Líderes Unidos de Quito y comunidades de ciertos barrios de la ciudad fueron parte de la comparsa en medio de bastoneras y bandas de paz.
Bajo una fuerte militarización y vallas que cercaban el Palacio de Carondelet, el presidente Daniel Noboa salió al centro del balcón con su esposa, Lavinia Valbonesi, para agradecer a los 40 colectivos sociales y a todas las personas que llegaron de Manabí, Guayas y El Oro para respaldar al primer mandatario.
Sobre la calle García Moreno, Noboa ofreció un discurso, que tuvo matices que aludían a autoridades locales.
“Estoy feliz de compartir con el pueblo quiteño, de compartir esta serenata, a pesar de que algunos elementos, ciertos malos funcionarios, intentaron cortar esta conexión entre pueblo y Gobierno“, señaló Noboa y acotó que esos funcionarios ”pronto se irán".
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Además, aseguró que seguirán trabajando por una vida digna para toda la población y culminó con la frase “Quito se respeta”, mientras expuso algunas obras que tendrá la capital.
Obras anunciadas y reacciones de la ciudadanía
“Tenemos en los próximos años grandes obras para Quito. El Museo Nacional, que será un orgullo nacional para que todo el país pueda ver los tesoros que tenemos. Vamos a exponer el arte ecuatoriano. Asimismo, cumpliremos con nuestra parte de la extensión del Metro, pero primero que cumpla con lo prometido el alcalde”, dijo.
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“Porque la salud de los quiteños es una prioridad para todos nosotros”, afirmó el presidente.
Lenín Pazmiño, ciudadano de 54 años, contó las expectativas del evento y por qué no debería suspenderse.
“Las pugnas políticas sí deberían dejarse de lado. Me parece un buen acto, un gesto del presidente para brindar apoyo a Quito”, mencionó Pazmiño.
La Serenata culminó con un baile de los funcionarios a los pies del balcón presidencial, donde la nueva ministra de Gobierno, Nathaly Murillo, el ministro de Infraestructura, Roberto Luque, y la vicepresidenta María José Pinto danzaron al ritmo del Chullita quiteño.
María Augusta Huancapiña, quiteña de 67 años, aseguró que el evento fue una iniciativa ciudadana en homenaje al presidente.
“Estuvo muy lindo el evento. Todo fue con nuestro dinero. Para venir acá no necesitamos de nadie”, añadió Huancapiña.
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El alcalde de la ciudad, Pabel Muñoz, dijo haber enviado la invitación para la sesión solemne del 6 de diciembre al presidente de la República, pero Daniel Noboa anteriormente había hecho pública su salida del país en esa fecha. (I)
