La Plaza Grande, frente a la Municipalidad, se convirtió en una zona de protesta contra el alcalde Pabel Muñoz por la autorización para desarrollar la obra Aristócratas: crónicas de una marica incómoda, presentada en la capilla del Museo de la Ciudad el pasado sábado 29 de noviembre.
José Ignacio Gómez, director de la Sociedad Ecuatoriana Tradición y Acción, expuso las razones del plantón realizado en la plaza de la Independencia, en rechazo a la obra que indignó a varios colectivos religiosos y a la Arquidiócesis de Quito.
“Estamos tristes por este acto ofensivo contra la fe y contra la religión de la mayoría de los ecuatorianos. Esto que se realizó en la capilla del Museo de la Ciudad es una grave afrenta a la sensibilidad religiosa en vísperas de las fiestas de Quito”, mencionó Gómez.
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Feligreses exigen respeto a espacios simbólicos
Cobijados bajo banderas rojas y una gigantografía que rezaba “Grave ofensa a Dios en la capilla del Museo de la Ciudad de Quito. ¡Reparación!”, entre gritos de “¡respeto!” y varios rezos, cientos de feligreses aseguraron que, aunque el lugar fue desacralizado años atrás, todavía existen imágenes y figuras religiosas que merecen ser tratadas con suma importancia.
“Me siento indignada, bien triste al saber que haya hecho esto el señor alcalde. (...) Soy muy católica, soy muy creyente y vea, aquí en el centro de Quito hay iglesias en cada esquina, y eso lo sabe”, precisó María del Carmen Muela, fiel creyente de la Iglesia católica.
Colectivos entregan oficio y piden sanciones
Entre cánticos, reclamos y murmullos sobre la temática de la obra, la concejala Cristina López bajó desde su curul para recibir un oficio en el que los colectivos pidieron al Municipio de Quito buscar a los responsables del acto y no volver a permitir este tipo de eventos en la ciudad.
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“Si bien es cierto que nosotros, como Estado ecuatoriano, tenemos diversas confesiones en el país, hay que entender que una de las que han formado a la ciudad de San Francisco de Quito es el catolicismo, y como católicos nos sentimos ofendidos”, apuntó Angélica Falcón, otra quiteña que aseguró no apoyar tendencia política alguna, pero consideró que no fue correcto realizar esta obra en ese sitio.
El alcalde Pabel Muñoz no bajó de su oficina ante el llamado de la ciudadanía. No obstante, días atrás, la Secretaría de Cultura emitió un comunicado en el que explicó que en la capilla ya no se celebraba misa alguna y que el espacio se utilizaba como museo para turistas.
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Mientras tanto, Muñoz ofreció disculpas en la sesión del Concejo Metropolitano del martes, 2 de diciembre, y manifestó que no había sido informado del hecho.(I)
