Pasar una emergencia médica con su salud fue algo que marcó al manabita Anthony Bravo, de 28 años. Esta experiencia, que vivió cuando era niño, hizo que valore aún más su vida.
“Los médicos le dijeron a mi papá que yo ya estaba para irme. Entonces, yo quiero agradecer y siento que tengo un propósito”, dice Bravo.
Aquel objetivo es crear un refugio para los perros en situación de calle. Asegura que, de esa manera, se sentirá agradecido de que ahora esté con vida.
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Pero no es la única razón. Cuando era pequeño, veía el abandono de mascotas, lo cual hizo que reafirmara su propósito.
“Ellos merecen todo, y cuando uno rescata un perrito recibe ese amor”, expresa.
Bravo inició los rescates en el 2018 y, como no tenía espacio, les pedía a conocidos (que tenían fincas) que tuvieran a las mascotas y él se encargaba de buscar los recursos para alimentarlas.
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En esa situación estuvo un año y logró que 25 mascotas sean rescatadas y encuentren un hogar.
Terreno para el refugio
Bravo cuenta con un terreno y en ese espacio aspira a levantar el refugio de animales. Ahora cuida a siete perros y un gato, actividad que muestra en sus redes sociales. De esa plataforma obtiene los recursos solo para alimentarlos.
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“He visto cachorros que la gente los deja en la vía. No sé cómo el ser humano puede ser tan malo”, reprocha el joven, que estudia Agronomía en la Universidad Técnica de Manabí.
Ahora está en la búsqueda de recursos para cumplir esa meta y salvar a más mascotas y esterilizarlas.
“Compramos el terreno, alejado, porque obviamente siempre hay que ver factores, como no causar ruido. El tema es complicado, porque se necesitan materiales de construcción y es lo que más necesito”, señala el manabita, que ha ganado dos reconocimientos: uno en 2022 por alcanzar niveles de perfeccionamiento de autoeducación y en 2024 por ser ejemplo para la juventud.
Oportunidades
El joven, oriundo del cantón Junín, aún tiene en su memoria los peores rescates que ha atendido.
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“Rescaté a un gatito al que habían dejado botado, envuelto en un alambre. Estaba flaquito y me costó muchísimo rescatarlo. Lo traje a mi camisa y me puse a llorar de ver cómo es la sociedad con ellos. Ellos no nos hacen nada”, expresó.
Bravo espera recibir una oportunidad laboral y con esos recursos ir reuniendo y cumplir su sueño de levantar un refugio para mascotas. Él considera que la solución es esterilizar. (I)
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