Ambato
La migración en la comunidad de Ambatillo Alto, parroquia de Ambatillo, en la parte alta de Ambato, ha disminuido un poco, pero no se detiene.
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En esa comumidad se estima que alrededor del 30 % de los que fueron sus habitantes ha viajado al exterior en busca de mejores oportunidades para sus familias.
Los niños, adolescentes y jóvenes que no acompañaron a sus padres se han quedado bajo el cuidado de sus abuelos u otros parientes.
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La separación física entre padres e hijos si bien supone una mejora en el ingreso económico para el núcleo familiar, también está generando otras problemáticas como el acceso al alcohol y hasta el consumo de droga.
Rosa Masabalín, dirigente del sector, indicó que hay jóvenes que reciben recursos de sus padres migrantes, pero no lo gastan bien y se han dedicado al consumo de alcohol e incluso drogas. “Es un problema que en la actualidad no se vive solo en las ciudades grandes, sino también en las comunidades rurales, lo cual nos preocupa”, indicó.
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Para ella, hacen falta iniciativas de municipios para evitar que jóvenes se involucren en vicios y hacer un mejor control para evitar que prolifere la oferta y consumo de estas sustancias.
Dijo que ante los riesgos que corren jóvenes en comunidades indígenas, hay dirigentes que realizan el seguimiento para detectar quiénes están por los “malos pasos”.
“Hay leyes que deben ser reformadas (tabla de consumo y tenencia de drogas que se creó), que se dejó haciendo años atrás en que se decía que hay mínimos, que no pasa nada y que pueden consumir, pero hoy estamos cosechando los resultados, por eso hay bastante delincuencia y de esto (consumo) en nuestras comunidades, que antes se veía solo en otros sectores”, añadió Masabalín.
La dirigente de Ambatillo Alto comentó que cuando se detecte a los jóvenes que consumen estas sustancias prohibidas no los van a entregar a las autoridades de justicia porque consideran que no pasará nada, sino que procederán a realizar la purificación indígena (baño de agua con ortigazos) para que se reconcilien con la Pachamama (madre tierra), con el fin de que tengan una mejor convivencia en la comunidad.
Aseguró que en los próximos días se mantendrán reuniones con las diferentes instancias de la comunidad con el fin de analizar el tema de la seguridad, en donde se tratará la problemática del consumo de drogas.
Paulina Salazar, coordinadora del Ministerio de Educación Zona 3, señaló que se han detectado casos (del consumo de sustancias sujetas a fiscalización) dentro de las instituciones, pero que se siguen las rutas y protocolos en coordinación con el Ministerio de Salud para que, de ser necesario, se brinde asistencia médica y acompañamiento sicológico y siquiátrico.
Sostuvo que cuando existen casos de padres de familia que han migrado u otros factores que puedan llevar a la depresión de los estudiantes, se hace el acompañamiento con los equipos DECE (departamento de consejería estudiantil) para evitar que caigan en el consumo de drogas o prevención de suicidios.
Explicó que se ha detectado que lo más frecuente que consumen los estudiantes son las bebidas alcohólicas y drogas comunes que se encuentran en el comercio ilegal, por lo que se planifica reforzar las tareas con la Policía Nacional y otras instituciones.
La funcionaria especificó que dentro de los protocolos y respaldos que se tiene como ministerio se establecen actos preventivos como talleres a estudiantes y padres de familia, así como el trabajo con docentes y autoridades institucionales, con el fin de dar seguimiento y acompañamiento en caso de estudiantes que atraviesan esta situación (de consumo).
Según Álvaro Fierro, especialista zonal 3 de prevención integral del Ministerio de Salud Pública, la migración trae consigo diversos impactos, y uno de los principales es la desestructuración familiar con implicaciones al tener ausencia de los referentes parentales, sobre todo con lo que son normas entre padres de familia e hijos, como el comportamiento, respeto, valoración e incluso ocupación del tiempo libre.
Añadió que al tener ausencia del núcleo básico de enseñanza y de conducción, los niveles de injerencia de disciplina y sobre todo de vivir en comunidad van flaqueando, por esa razón los jóvenes y niños que se quedan, si no tienen amor en casa, lastimosamente pretenderán buscar afuera, pero no con los mejores niveles grupales.
Esto crea, según el especialista, una vulnerabilidad que los vuelve susceptibles de caer en agrupaciones de pandilleros o en el consumo de drogas.
Fierro comentó que más vulnerables de caer en estos tentáculos son quienes residen en los sectores urbanos a pesar de que en las áreas rurales hay más precariedad, pero que en estas zonas aún hay una corresponsabilidad social, que quiere decir que se tiene solidaridad entre sus componentes.
Franklin Tapia, rector de la Universidad Tecnológica Indoamérica, indicó que uno de los problemas graves que tiene el país en distintas instituciones educativas es la adicción a las drogas, ante lo cual recomienda hacer una campaña nacional de prevención que permita que niños y jóvenes crezcan con salud física y mental adecuadas para que se desenvuelvan de manera apropiada en un trabajo productivo.
Dijo que el consumo de drogas tiene algunas causas, una de ellas es la migración de los padres, lo que hace que el joven o niño no tenga el cuidado, la relación, el amor, la comunicación con su entorno más cercano.
Contó que, ante esta problemática, 1.600 estudiantes de la institución fueron capacitados en el tema de las drogas con el fin de que sean multiplicadores para la comunidad, porque indicó que están convencidos de que mientras se tengan alumnos reflexivos, conscientes y que conozcan a profundidad los efectos que causa el consumo de estas sustancias, se posibilitará que su accionar sea preventivo.
Tapia aspira a que con la capacitación de los estudiantes de la UTI se tengan resultados positivos de prevención, al advertir que es mucho más fácil que los niños y jóvenes escuchen a sus pares. (I)