Con el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de la segunda revisión del cumplimiento de metas del programa de financiamiento vigente, Ecuador se acerca a recibir un nuevo desembolso de entre $ 410 millones y $ 416 millones, para lo cual falta la aprobación del Directorio Ejecutivo del organismo multilateral.

Además, el país podría acceder a $ 1.000 millones adicionales al acuerdo del Servicio Ampliado del Fondo (SAF), que originalmente es de $ 4.000 millones. Los recursos complementarios serán destinados a asistencia financiera, informó el FMI en un comunicado.

Aún falta por conocer cómo llegarán los $ 1.000 millones adicionales, si será mediante uno o varios desembolsos.

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El Ministerio de Economía y Finanzas indicó que la ampliación del programa tiene como objetivo “reformar el apoyo financiero al país en su esfuerzo por consolidar la estabilidad económica y el desarrollo inclusivo, ante un contexto económico global más complejo”.

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Es positivo que el Gobierno haya cumplido los compromisos con el Fondo, logrando llegar a un acuerdo y con la posibilidad de ampliar el programa.

Sin embargo, continuar con la dinámica de financiamiento mediante préstamos, sin reformas, ni medidas estructurales que contribuyan a reducir significativamente el déficit fiscal y consolidar un crecimiento sostenido, puede llevar al país a una crisis más profunda, comentó el economista Jamie Carrera, director del Observatorio de Política Fiscal.

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Carrera señaló que los recursos que ingresen desde el FMI ayudarán a cubrir las necesidades de financiamiento del Estado, aliviando momentáneamente a la caja fiscal. Pero existe un abultado déficit que podría terminar por encima de los $ 5.500 millones al finalizar el 2025.

Entre enero y mayo de este año, la brecha entre gastos e ingresos fue de $ 1.529 millones, según el Observatorio de Política Fiscal, con base en datos del Ministerio de Economía y Finanzas.

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“La única posibilidad que tiene el Gobierno es de generar las condiciones de confianza para que el sector privado invierta, traiga los recursos y genere trabajo. Hacer concesiones, por ejemplo, de vías, de infraestructuras, o hacer alianzas público-privadas. Pero eso tiene un costo para la sociedad, ya sea a través de peajes u otros pagos”, observó Carrera, enfatizando que lo que se requiere es un plan fiscal y económico que sea confiable y creíble, con metas claras de reducción del déficit.

Sin adoptar decisiones profundas que cambien el modelo actual, pensar en seguir recurriendo al endeudamiento interno para saldar cuentas es una alternativa poco viable, indicó Carrera, dado que solo el Seguro Social ha adquirido más de $ 12.000 millones en bonos del Estados.

Luego del anuncio del acuerdo con el FMI, la ministra de Economía, Sariha Moya, destacó que el país tiene un plan económico “sólido”, que goza del respaldo de los organismos multilaterales desde el inicio de la administración de Daniel Noboa.

La aprobación de la segunda revisión “es una muestra de que el mundo mira con buenos ojos la gestión que llevamos adelante”, remarcó Moya.

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Un efecto inmediato por la noticia con el Fondo Monetario se vio en el riesgo país, que disminuyó a 887 puntos el miércoles 11 de junio, continuando con la tendencia a la baja que ha tenido desde la semana pasada tras los anuncios de medidas económicas. Al cierre de la jornada del jueves el indicador volvió a bajar y se situó en 859 unidades.

Por otro lado, los bonos soberanos del país alcanzaron el jueves un rendimiento del 41 %, el más alto en tres años, impulsados por el optimismo de los inversores ante un clima político en aparente calma tras la reelección del presidente Daniel Noboa, según una publicación de Bloomberg.

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Fabián Carrillo, exviceministro de Finanza, comentó que el reciente acuerdo del FMI y la disminución del riesgo país son buenas noticias para la estabilidad macroeconómica de Ecuador.

Carrillo es optimista en que un déficit de alrededor de $ 3.500 millones sería más realista. Para conseguirlo, se requiere de consolidación fiscal y una reforma tributaria, que se espera para este o el año siguiente, según declaraciones de la ministra de Economía.

“Un déficit de $ 3.500 millones es algo que les permitiría al país acceder a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario, porque el proceso de consolidación fiscal, es decir, de ordenamiento de las finanzas públicas, es supernecesario para poder acceder a un acuerdo con el Fondo, que es saludable”, resumió.

Hasta mayo se registró el tercer déficit fiscal más alto en 10 años

Reducir el déficit fiscal sigue siendo el gran desafío, porque involucra elevar los ingresos y reducir los gastos.

Un estudio del Colegio de Economistas de Pichincha concluye que entre enero y mayo de 2025 se registró un déficit fiscal de $ 1.306, millones, convirtiendo esta cifra en la tercera más alta de los últimos diez años.

Existe mayor presión por el lado de gasto corriente, apuntó Juan Carlos Salvador, presidente del Colegio de Economistas, y explicó que el déficit se produce por la falta de ingresos no permanentes, que cubran las transferencias, entre otras cosas.

“En los últimos años se han puesto ingresos no permanentes, artificiales, para necesidades ilimitadas, y eso ha obligado a implementar una serie de políticas tributarias: remisión, subir el IVA, autorretenciones, contribuciones, entre otras cosas, para que cubran ese hueco”, señaló Salvador.

Contrario a las estimaciones de la ministra de Economía, respecto de que el déficit fiscal al terminar el año rondaría los $ 3.000 millones, el Colegio considera podría ser mayor a los $ 6.000 millones.

Para tratar de mitigar este problema, Salvador sugiere implementar un plan integral que fortalezca los ingresos permanentes, mejore la recolección de impuestos y lleve a cabo una optimización del gasto público. Además, propone revisar instituciones que no ejecutan su presupuesto de manera efectiva, lo cual podría liberar recursos. Y reestructurar subsidios. (I)