En la última década los contenedores se han convertido en Ecuador en un nuevo elemento arquitectónico, utilizado para construir, bajo un nuevo concepto, diferentes espacios con fines de uso inmobiliario. Entre las principales ventajas que tienen este tipo de edificaciones, para las que se debe contar con un espacio o terreno para instalarlas, se destaca su fácil movilización, montaje y costo que está muy por debajo de las construcciones tradicionales.

Específicamente en cuanto a viviendas, el ahorro en materiales y mano de obra es uno de los puntos que está haciendo que cada vez más ecuatorianos se interesen en adquirirlas.

“Luego del terremoto ocurrido en el país el 16 de abril de 2016, los ecuatorianos encontraron en el contenedor no solo un medio de transporte, sino también una respuesta a su necesidad habitacional. A partir de este momento, cada día experimentamos en el cliente un deseo por tener una casa container”, dice Carlos Román, gerente general y propietario de Roman’s Container, empresa pionera en este sector desde hace más de diez años y que ha desarrollado más de 2.500 proyectos con contenedores.

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Román cuenta que desde muy niño estuvo en contacto con los contenedores debido al trabajo de su padre y menciona que hace algunos años cuando trabajó en el Puerto Marítimo de Guayaquil su oficina era en un contenedor y que de allí tomó la idea para replicarla y promocionarla a nivel nacional con la creación de su empresa.

Con Román coindice Luis Chica, vocero y gerente del proyecto Casacont, liderado por la empresa Sealand S.A. desde hace casi un año, que comercializa casas en contenedores totalmente amobladas y con todas las instalaciones necesarias.

El proyecto “ha tenido una buena acogida debido a su bajo costo, facilidad de elegir modelos y rápida disponibilidad”, comenta Chica.

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“Ofrecemos casas en contenedores totalmente amobladas y con todas las instalaciones eléctricas, de agua, alcantarillado y pozo séptico. Hemos colocado dos viviendas en la playa y tenemos seis proyectos en desarrollo, además que al momento más de un centenar de personas han pedido asesoramiento al respecto y se han mostrado interesadas”, cuenta.

La vivienda que Casacont tiene a la venta se construye con un contenedor de 40 pies que mide 12 metros de largo por 2,5 metros de ancho, dando un total de 30 metros cuadrados y que está distribuido en un dormitorio, baño completo, cocina y sala y tiene un costo de $ 15.000.

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La empresa ofrece un plan acumulativo con $ 500 de entrada, se entrega al completar el 75% del valor y se construye en tres semanas en cualquier parte del país, a excepción de Galápagos.

Lo que diferencia a este proyecto de los demás es que la casa es entregada al comprador completamente equipada con 2 aires acondicionados, 2 televisores de 32 pulgadas, encimera de 4 hornillas, refrigeradora, campana extractora de aire, microondas, cama de 2 plazas, sofá cama de plaza y media, mesa de centro y clósets y anaqueles.

Chica menciona también que este tipo de construcciones pueden ser calificadas como sostenibles, ya que se construyen a partir de contenedores reciclados y que próximamente utilizarán paneles solares.

Por su parte, Roman’s Container oferta una vivienda modelo de 30 m2, realizada en un contenedor de 40 pies High Cube, de 12 metros de largo por 2,40 metros de ancho y 2,90 metros de alto, valorada en $10,000 aproximadamente, aunque según su propietario las casas contenedores pueden ir desde los $6000 y también alcanzar precios mayores según sus acabados.

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La vivienda, que se entrega en máximo ocho días laborables, está distribuida en dos habitaciones, cocina tipo americano con espacio para una pequeña sala y comedor y un baño completo.

La construcción cuenta entre sus acabados con ventanales y puertas de aluminio y vidrio, el interior está revestido con gypsum en paredes y cielo, el piso es de cerámica antideslizante y en cuanto a las instalaciones eléctricas se entregan al cliente con luces ledes y tomacorrientes de 110 y 220 voltios. El proceso para adquirirla es mediante un anticipo del 50% antes de la fabricación de la casa y el saldo contra entrega.

Hasta el momento en el país no se ha definido ningún tipo de norma o regulación para este tipo de construcciones, lo que hace más sencillo el adquirirlas, aunque quienes se dedican a este negocio suelen seguir las ordenanzas de edificaciones y construcciones de cada ciudad que son impuestas por los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD).

“El tema de las construcciones con contenedores no está socializado a un 100% como para tener alguna ley o regulación que defina requerimientos específicos para su utilización. Sin embargo, en proyectos privados, el cliente suele establecer lineamientos para la construcción, adecuaciones y elección del producto”, dice Román.

En tanto, una de las principales desventajas de este tipo de construcciones es la corrosión a la que están propensos los contenedores al estar hechos de diferentes tipos de metal, aunque ambas empresas destacan que el mantenimiento suele ser económico.

“Los contenedores están diseñados y construidos para soportar agua de mar y tormentas por largos periodos que pueden superar los dos meses. Ya en tierra es más fácil y económico su mantenimiento... para su cuidado, requerirá ser pintado una vez cada cinco años”, dice Chica, y Román recomienda “un mantenimiento cada dos años tanto interior como exterior por temas estéticos”.

Otros usos de los contenedores

Además de ser una alternativa para el sector inmobiliario, en el país se pueden encontrar laboratorios, oficinas, baterías sanitarias, galpones, gimnasios, cuartos fríos y hasta restaurantes hechos con contenedores.

Leonardo Lino, gerente de Containers Ecuador Logistic Operations, empresa que lleva once años en el mercado, cuenta que hasta el momento ha desarrollado más de 100 proyectos con contenedores entre laboratorios clínicos y de investigación.

Entre sus obras más importantes, Lino menciona el Laboratorio Insectario para la cría y mantenimiento de insectos, que realizó para el Centro de Referencia Nacional de Vectores del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) y que está ubicado en Posorja.

Foto: CORTESÍA

Los ‘campers’, oficinas móviles, piscinas, baterías sanitarias, saunas, refugios para desastres naturales, gimnasios, cuartos fríos o de refrigeración para colocar medicamentos o productos que necesiten una temperatura especial y locales comerciales también están entre las obras que ha desarrollado la empresa en el país.

Estos últimos se han convertido en una opción innovadora para crear espacios de esparcimiento con contenido artístico y gastronómico como la Plaza Guayarte en Guayaquil, conformada por 51 locales y 2 galerías hechas completamente con contenedores, al igual que la Plaza Gastronómica La Cuadra, ubicada en el cantón Daule, y formada por más de 20 locales y algunos bares, igualmente fabricados con contenedores.

Ambos lugares han tomado el concepto de plazas europeas o centros comerciales en países de Alemania o España, o en la región en Colombia o México. (I)