Por Belén Zapata

Este martes se cumple un año del día en el que los ecuatorianos se vieron obligados a enfrentar un duro y único escenario: el confinamiento por la pandemia COVID-19.

Trajo oportunidades como el nacimiento de emprendimientos, unos quedaron a mitad del camino y otros siguen luchando por sobrevivir.

Publicidad

Pero su empuje, las ganas de salir adelante de los emprendedores, continúa a pesar de las caídas y hoy recuerdan su historia.

En sus pasteles vio una salida económica momentánea

El olor a pastel horneado y a chispas de chocolate ya no está en su vivienda, ubicada en Guayaquil. El ajetreo de preparar postres todos los días quedó atrás.

Ana Piedra se sentía feliz cuando tuvo su negocio, que nació a finales de marzo de 2020, pero meses después lo cerró.

Publicidad

Mayo y junio fueron los meses de mayores ingresos y ya pensaba en comprar más materiales para potenciar su negocio, pero la venta decayó.

“Fue de un momento a otro que dejé de recibir pedidos. Antes me escribían hasta las 23:00 e incluso los venían a retirar a mi domicilio. Era un cansancio pero gratificante. Ya hasta me estaba imaginando con un local, pero esto fue debut y despedida”, dice.

Publicidad

Al año del confinamiento en Ecuador: El rostro del desempleo y las oportunidades que surgieron

Hoy extraña recibir pedidos y prender su batidora. “Mis instrumentos de pastelería los tengo guardados para ocasiones familiares, pero ya no los uso como lo hacía antes”, apunta.

Truffles Anita era el nombre del negocio que estuvo activo por cinco meses y con esos ingresos se compraba su medicina, pagaba los servicios básicos y la alimentación. Ha intentado reactivar el negocio, pero no da resultado.


Anita Piedra mantuvo su negocio por varios meses. Foto: Cortesía.

Al igual que el negocio de Anita, otros emprendimientos que nacieron con el inicio de la cuarentena por la pandemia COVID-19 también cerraron por diversos motivos.

Publicidad

Hubo 37 de 150 emprendimientos consultados que cerraron en ese lapso, de acuerdo con el reporte GEM (Global Entrepreneurship Monitor), por sus siglas en inglés, que fue elaborado por la Escuela de Negocios de la Espol (Espae) en junio de 2020.

El 42,1% de cierres de estos negocios se produjo en Guayaquil, 31,6% en Quito, 10,5% en Cuenca y el 5,3% en las ciudades de Ibarra, Daule y Las Naves.

Y la mayoría de los emprendimientos, que ya no existen, se focalizaron en los sectores dedicados a la fabricación de productos alimenticios, no alimenticios, construcción y de comercio al por mayor y menor.

Anita, así como quienes fueron propietarios de otros negocios, vieron con ilusión la nueva fuente de ingresos. Dedicaron horas y esfuerzos.

“No siempre todo resulta como se quiere. Hay que intentar y buscar otras formas de negocio. El amor por la pastelería siempre lo voy a tener, así no tenga un anuncio en mi casa o un local”, expresa.

Dice que la pandemia le cumplió su sueño, pero tampoco se lo arrebató.

Innovar en su profesión fue la mejor decisión que tomó

Participar en festivales de cine como el de Cannes, grabar películas y buscar locaciones era la cotidianidad de Felipe Irigoyen, cineasta de 26 años.

Nunca imaginó que esas actividades quedarían paralizadas y con ello la oportunidad de seguir en el mundo cinematográfico.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 lo empujó a ser creativo e idear maneras no solo de tener un ingreso económico, sino de aportar al difícil momento.

Estaba produciendo una película cuando llegó la pandemia y en ese instante “me quedé parado y me di cuenta de que otras ramas del arte, como la música, teatro, también se quedaron paralizadas. Entonces, viendo cuestiones de otros lados de cómo se iba normalizando y adaptando a la nueva realidad, me surgió la idea del autocine”, cuenta Felipe.

Y fue en septiembre pasado que dio vida a CarlFlix Autocine, en Quito. Le costó cuatro meses organizarse, armar su equipo de trabajo y buscar el espacio.

El negocio empezó transmitiendo películas extranjeras y ecuatorianas y de a poco ha ido evolucionando. Ahora se realizan eventos corporativos, políticos y obras de teatro.

Más de 700.000 empleos formales perdidos en un año de la pandemia en Ecuador, la mitad no se ha podido recuperar

“Es una sensación muy linda poder ver que varios círculos artísticos y culturales se van reactivando junto a ti. Las personas necesitaban despejar su mente y hemos tratado de ayudarlos. Nosotros no queremos estar en la lista de negocios que lamentablemente cerraron. Queremos que las personas vivan experiencias”, afirma.

Una idea de cuántos emprendimientos existen en el país lo puede definir el Registro Nacional Emprendedor (RNE), plataforma creada tras la emisión del reglamento a la Ley de Emprendimiento e Innovación.

Felipe Irigoyen vio en la pandemia una salida y creó CarlFlix Autocine. Foto: Cortesía.

Hasta enero pasado eran 157 emprendimientos inscritos y distribuidos en 30 giros de negocios distintos como agroindustria, servicios profesionales, tecnológicos y otros.

CarlFlix no es parte de este registro, pero sí de una muestra de aquellos negocios que se mantienen en la lucha por no decaer, como lo detalla su dueño.

“Al inicio tuvimos bastante crecimiento, luego vibraron las bases del negocio, pero ahora lo hemos consolidado un poco más”, menciona.

Y esa fijación se ve en su nuevo proyecto de cine al aire libre, para que las personas puedan ver las películas sin estar en vehículos y a una distancia considerable.

El cineasta anhela que su negocio no solo se centre en Quito, sino en armar autocines en otras ciudades.

Cree que entre lo caótico siempre hay una salida y así recordará el 2020 como el año que le dio la oportunidad de reinventarse. (I)