Yaku Pérez y Xavier Hervas, de Pachakutik (PK) e Izquierda Democrática (ID), en su orden, se erigieron como las “sorpresas” de la elección presidencial del pasado domingo.

El primero pelea —ahora mismo— voto a voto con Guillermo Lasso, de la alianza CREO-PSC, la posibilidad de batirse en la segunda vuelta con el correísta Andrés Arauz, la carta de la alianza Unión por la Esperanza (UNES). La organización política a la que representa logró una votación inédita en su existencia, que data de los años 90.

Y el otro llegó en cuarto puesto de la mano de un partido tradicional, que estuvo a punto de extinguirse por las peleas internas, que devinieron en una restructuración total de directivas hace cinco años. De momento está a tres puntos de Pérez y Lasso.

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Pedro Donoso, director de la consultora Icare, opina que la votación de Pérez puede entenderse como una victoria del movimiento indígena, que cosechó los resultados de las movilizaciones de octubre del 2019: “Pero yo hago una diferencia: una cosa es Yaku Pérez y otra el movimiento como tal, pero se fusionan muy bien, logran cumplir objetivos”.

Añade que Pérez tuvo una votación importante en dos de las siete provincias con mayor cantidad de electores: Azuay y Tungurahua.

Y en ese sentido, dice, hay que regresar la mirada a las seccionales del 2019, cuando PK logró las prefecturas de ambas provincias: “Siempre es importante ganar seccionales porque desde ahí se construyen estructuras de campaña”.

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Igual pasó con Hervas, que al momento encabeza la votación en Carchi, donde la ID ganó la prefectura en el 2019.

Para el catedrático Simón Pachano, “la votación de Hervas no es de la ID, no es ideológica de centroizquierda... Tiene que ver con nuevas propuestas y una búsqueda de renovación de la política ecuatoriana por parte de un sector del electorado”.

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En tanto que el consultor político Jorge León dice que la votación de Yaku no le genera sorpresa porque durante toda la campaña se lo consideró como una “tercera vía”.

Pero la de Hervas sí lo es, indica, porque además permitió el resurgimiento de la ID. “Hervas es un personaje nuevo en la política que llegó con un mensaje sencillo”, indica.

Para León, la presencia de Yaku y Hervas evitó que Arauz ganara en primera vuelta, pero también minó a Lasso.

“El correísmo no se esperaba candidaturas fuertes como las de Yaku y Hervas. Lasso se posicionó como el único que le podía dar guerra al correísmo. Pero ellos debilitaron a los dos: Arauz le saca diez puntos a Lasso, pudieron ser más. Y la diferencia entre Lasso y Yaku es mínima”, reflexiona.

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León cree que otra “sorpresa” de la elección es la “caída estrepitosa” de Lasso, porque cometió muchos errores.

Pachano señala que a Lasso ya se lo empieza a percibir como parte del pasado.

El asambleísta socialcristiano Henry Cucalón cree que hay un mensaje claro en estos resultados: “El país pide a gritos una renovación, un cambio. Cero dogmas, se puede contrastar sin agredir, se puede sumar en lo diverso… Un cambio que se asocia con Pérez y Hervas, incluso con Lasso… Hay un hastío general por la crisis, la pandemia, todo matizado por el actual desgobierno de Lenín Moreno”.

Coincide en que la participación de estos personajes mermó votación al correísmo, por lo cual a ninguno se lo puede considerar como “chimbador”.

(I)