El hombre de 40 años, que trabajaba como consultor de finanzas en Nueva York, fue enviado el martes con otros cientos de haitianos a un país del que no es ciudadano, según denuncian sus abogados y familiares.
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Paul Pierrilus despertó este miércoles por primera vez en un lugar en el que nunca había estado, en el que no habla la lengua, donde no conoce a nadie...y al que fue deportado: Haití.
El hombre de 40 años, que trabajaba como consultor de finanzas en Nueva York, fue enviado el martes con otros cientos de haitianos a un país del que no es ciudadano, según denuncian sus abogados y familiares.
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La multa es un equivalente al 5% de un salario básico y asciende a los $23.50
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