Hace un mes, más de 30 personas estaban en espera para acceder a una cama de las unidades de cuidados intensivos (UCI) en hospitales de Quito por el COVID-19.

Un mes después, la cifra casi se triplicó. De acuerdo con el último informe de la secretaría de Salud, presentado este martes 2 en la sesión del Concejo Metropolitano, hay más de 83 pacientes en espera.

El pasado 4 de enero, esa entidad local informaba que en las últimas semanas la ocupación de camas de UCI superaba el 95%.
Para el 18 de enero, más de 60 personas estaban en la lista de espera. Una semana después ya eran 72 y la ocupación de UCI superaba el 96%.

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En UCI solo hay espacios para niños, en el hospital Baca Ortiz, y mujeres, en la maternidad Luz Arismendi, detalló Ximena Abarca, secretaria de Salud del cabildo.

En los exteriores del hospital del IESS Quito Sur, el drama es evidente entre los familiares de los pacientes o entre quienes esperan una confirmación de portar el virus como Zoila Guamán.

Ella piensa que llevó el virus a su casa desde su lugar de trabajo. La mujer fue a hacerse una prueba ayer.

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“Mi hermana hace teletrabajo. Yo soy la que trabaja en el área de salud, también estoy en contacto con pacientes COVID-19 y como yo salgo, también presenté síntomas. Vivimos en la misma casa, ella presenta los mismos síntomas que yo, igual mis padres están con los mismos síntomas”, explicó.

A Guamán le dolía la cabeza, tenía tos seca, fiebre, desde la semana pasada.

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Lisbeth Flores esperaba información sobre su madre, quien padece coronavirus. Cree que se contagió de la pandemia en el transporte público y lo llevó a su hogar.

Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, atribuyó los nuevos contagios a que la gente se movilizó antes de Navidad y a reuniones familiares sin que se haya respetado un núcleo pequeño de cuatro a seis personas.

Sacoto explica que habilitar una UCI no solo implica poner una cama y un ventilador, sino tener médicos intensivistas y enfermeras. (I)