Las consecuencias de las festividades de Navidad, Año Nuevo y la actual campaña proselista se sienten con fuerza en las islas Galápagos. Los contagios de COVID-19 van al alza.

Según cifras del Gobierno, hasta el sábado 23 se habían confirmado 1.200 casos del virus en el archipiélago. El incremento ha sido progresivo desde diciembre de 2020.

Esto ha llevado a las autoridades locales y nacionales a fortalecer los controles de las aglomeraciones y a pedir que el archipiélago sea considerado una "prioridad" dentro de la campaña de vacunación contra el virus en Ecuador.

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Esta exhortación tiene el respaldo de lugareños, taxistas, guías de turismo, dueños de hoteles y restaurantes, entre otros, que han recibido el impacto económico por la falta de turismo debido a la pandemia.

El presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos, Norman Wray, indica que se ha fortalecido el sistema de salud con 27 médicos rurales para realizar el aislamiento y seguimiento de los infectados.

También se cuenta con dos laboratorios para la realización de pruebas PCR gratuitas para los residentes.

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Además, se están realizando pruebas antigénicas y el control de los aforos en sitios de aglomeración.

Wray añade que el archipiélago cuenta con doce camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) divididas en dos hospitales y un centro para el aislamiento. El 80% de estas están copadas actualmente. Si bien hay un bajo índice de mortalidad, el aumento de casos preocupa en las islas.

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Wray cree necesario que el Gobierno priorice las vacunas para el archipiélago. Las islas tienen una población de 30.000 habitantes, aproximadamente, y se necesitarían 60.000 dosis.

"Para un sistema isleño que depende ampliamente de la actividad turística es vital que la inmunización se haga lo más rápido posible. Hemos pedido al Gobierno que las islas sean prioridad", menciona Wray.

Con esta postura concuerda Ángel Yánez, alcalde de Santa Cruz. Dice que su mayor preocupación es que el aumento de casos saturen las camas UCI y la mortalidad aumente.

Afirma que han elevado las restricciones, en especial, en estas dos últimas semanas que son "cruciales" para disminuir los contagios en la isla. De hecho, en el marco de la reciente Tercera Cumbre Pesquera realizada en Puerto Ayora se pudo observar controles de aforo, fumigación y sanitización.

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"Necesitamos vacunar a nuestra población para enviar un mensaje al mundo, decir que Galápagos está libre de COVID-19 y que los turistas regresen y mejorar nuestra economía", dice Yánez.

Víctor Rueda vende paquetes turísticos a las islas cercanas a Santa Cruz. Comenta que la situación económica es muy compleja, que ya se gastó todos sus ahorros y que los ingresos no alcanzan para la subsistencia familiar.

Antes de la pandemia, afirma, conseguía hasta $ 4.000 mensuales, pero ahora esta cifra no llega ni a $ 500.

Rueda reconoce que la cantidad de turistas ha aumentado ligeramente, en especial nacionales. Asegura que en diciembre hubo "algo de recuperación", pero que con el regreso de restricciones estrictas las ventas cayeron otra vez.

Su llamado por las vacunas en las islas no solo es al Gobierno sino también a las oenegés que por "años han trabajado en Galápagos y han tenido réditos importantes, pero no hemos escuchado nada".

Otro de los problemas que preocupa, según Yánez, son los ciudadanos que han intentado entrar al archipiélago con pruebas PCR falsas o adulteradas (requisito obligatorio para ingresar a las islas).

"Son muchas las personas que han tratado de pasar los controles falsificando las pruebas y me imagino que lo hacen por el costo, pero deben entender que la prueba es necesaria para evitar una catástrofe en las islas", afirma el alcalde de Santa Cruz. (I)