Una notificación roja de Interpol requerida por la Corte del Distrito Sur de Nueva York permitió la captura en Colombia de Álex Fernando I. B., de 49 años, buscado por Estados Unidos por delitos de conspiración con fines de narcotráfico y conspiración para cometer blanqueo de capitales.

Es un quiteño que se hacía pasar como empresario de espectáculos para supuestamente enviar droga a Norteamérica y consolidar las rutas para el tráfico desde Colombia, pasando por Ecuador y países centroamericanos.

Así lo aseguran los investigadores de Ecuador, Estados Unidos y Colombia. Las unidades que luchan contra el narcotráfico de estas naciones realizaron un seguimiento y lograron la detención de este ecuatoriano en el aeropuerto de Antioquia.

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Álex, identificado por la Policía colombiana como alias Mariachi y el Mexicano, creció y vivió en Quito, pero viajaba constantemente a México, de hecho, registra al menos 40 ingresos al país azteca.

Todo eso lo justificaba con su negocio de espectáculos, pero esta semana lo detuvieron cuando supuestamente habría viajado a Medellín para establecer contactos y rutas de tráfico entre Colombia, Ecuador, México y Estados Unidos.

En Ecuador, el quiteño registra antecedentes por delitos de estafa y falsificación de documentos, sin embargo, ya los agentes lo investigaban por lavado de activos.

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De acuerdo con la Policía colombiana, el Mexicano recientemente se habría reunido en Medellín con miembros del clan del Golfo “para crear una red de tráfico de venezolanos y ecuatorianos hacia Cuba, México y Estados Unidos”, cuenta el diario El Espectador.

La Policía asegura que compraba la droga en el sur de Colombia, para luego ingresarla a Ecuador y enviarla a países centroamericanos como Guatemala y Costa Rica. Después de esto, personas pertenecientes a los carteles mexicanos de Jalisco y Nueva Generación las introducían a Nueva York.

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En esa ciudad al quiteño le incautaron en enero del 2019 un millón de dólares que iba a enviar a Colombia y Ecuador en microperaciones para borrar el rastro. Un mes después, en Ohio, Control de Drogas (Drug Enforcement Administration o DEA) le incautó 40 kilos de droga y otro millón. (I)