(Cuenca - Latacunga)

A Daniel Neira, el conductor de la furgoneta que se accidentó la noche del martes en la vía Latacunga-Quito, lo recuerdan como un hombre sencillo.

Le gustaba compartir momentos con sus familiares. Vivía en la parroquia rural Santana, en Cuenca, y dejó en la orfandad a tres hijos.

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Él es uno de los seis fallecidos por el accidente de tránsito que se registró en la carretera E-35 (Panamericana), a la altura del sector La Piedra Colorada, en Latacunga, provincia de Cotopaxi.

En el siniestro vial estuvieron involucradas una volqueta y dos furgonetas, una de estas de servicio de turismo, que fue la que recibió el mayor impacto y era conducida por Neira. Con él fallecieron los otros cinco ocupantes del vehículo.

Según un informe preliminar de la Policía, el chofer de la volqueta había ingerido licor.

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Fernanda Otavalo conoció a Neira hace más de diez años, y en medio de la consternación expresó: “Lo queríamos demasiado y que Dios lo tenga en su santa gloria”.

Era su primo político, pero ella de afecto le decía “socio”, pues compartían muchos momentos juntos. La última vez que conversaron fue la mañana del martes: mientras ella cortaba la alfalfa de su terreno él la llamó a desayunar. Esta situación era cotidiana, y entre ellos y los demás vecinos siempre había cordialidad.

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La mujer manifestó que al inicio no tenían detalles de la noticia, pero cuando todo se confirmó viajaron inmediatamente a Latacunga su exesposa, su actual pareja, su madre y sus hermanos para realizar los trámites y trasladar el cuerpo a Cuenca.

Mientras tanto, los que se quedaron alistaban todo para el velatorio que será, según comentó, en su casa. Antes de empezar a adecuar la sala esperaban que les entreguen la foto grande que enmarcaron para recordarlo con la amabilidad que lo caracterizaba.

Contó que el trabajo de Neira siempre fue de chofer. Primero lo hacía en buses interprovinciales y desde hace diez años se había dedicado a las busetas turísticas que viajan hacia Quito o Guayaquil.

En la oficina donde el hombre laboraba era notoria la tristeza entre algunos de sus compañeros, que vestían de negro y conversaban de lo que pasó.

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Y en la avenida Remigio Crespo Toral, donde funciona la empresa en la que prestaba sus servicios, un vecino lo recordó como alguien tranquilo que antes de viajar a Quito le chocó el puño para saludarlo a manera de despedida y se fue.

En su página de Facebook era discreto, pero también optimista. Uno de los últimos mensajes que publicó decía: “Recuerda poner tu mirada hacia adelante en lo que puedes hacer. No hacia atrás en lo que no puedes cambiar”.

Producto del accidente de tránsito en el sector de La Piedra Colorada varias personas quedaron heridas. Alrededor de tres horas les tomó a los equipos de la Policía y de rescate despejar la carretera.

Misael Rodríguez, abogado de la empresa de turismo en la que trabajaba Neira, manifestó que es claro que la volqueta produjo el siniestro vial al invadir el carril de circulación de la E-35, que impactó de manera frontal al automotor pequeño.
La furgoneta viajaba hacia el aeropuerto de Tababela. (I)