Mientras miles de simpatizantes del presidente Trump ingresaban de manera violenta al Capitolio en Washington, la primera dama, Melania Trump, se encontraba realizando una sesión de fotos en la Casa Blanca.

La luces profesionales, del tipo que se utilizan para las sesiones fotográficas, se podían ver a través de las ventanas de la Casa Blanca. "Se estaban tomando fotos de alfombras y otros artículos en la Residencia Ejecutiva y el Ala Este", dijo a CNN una persona familiarizada con las actividades del día con la primera dama.

A solo unas cuadras de distancia, se daba el asalto al Capitolio de los Estados Unidos. Mientras la turba irrumpia en el Capitolio, la primera dama, junto al jefe del personal de la Casa Blanca, Timothy Harleth, continuaron con el rodaje.

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La primera dama se quedó callada y permaneció de esta forma hasta este lunes, que hizo pública su carta de despedida, en la que se refirió al asalto al Capitolio. Una fuente de la Casa Blanca, le dijo a CNN, "simplemente ya no está en un lugar mental o emocionalmente en el que quiera involucrarse".

El miércoles por la noche, dos de sus primeras contrataciones como primera dama, la jefa de gabinete Stephanie Grisham, quien también se desempeñó como la asesora, redactora de discursos y portavoz más cercana de Trump, y Anna Cristina "Rickie" Niceta, secretaria social de la Casa Blanca, habían presentado sus renuncias inmediatas, CNN confirmó que tanto Grisham como Niceta renunciaron a sus trabajos en gran parte debido a los eventos del miércoles.

Se ha hablado mucho de la influencia de la primera dama sobre su marido. Pero fue Ivanka Trump, la hija del presidente, quien sostuvo una reunión de emergencia con él en la Oficina Oval el miércoles, donde lo instó a pedir que cese la violencia.

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La primera dama habla por teléfono durante todo el día con el presidente, según varias fuentes que lo han presenciado -desde ambas alas del edificio- y es la primera en compartir con su esposo sus pensamientos sobre temas nacionales e internacionales. .

Aunque la mayor parte de sus declaraciones públicas en los últimos meses han estado relacionadas con las decoraciones navideñas, el 8 de noviembre tuiteó de manera contundente su apoyo a la lucha de Trump contra los resultados electorales. "El pueblo estadounidense merece elecciones justas", dijo la primera dama. "Cada voto legal, no ilegal, debe contarse. Debemos proteger nuestra democracia con total transparencia”.

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La primera dama tampoco ha sido tímida cuando sus opiniones difieren de las de su esposo, tuiteando, ya sea por su cuenta o a través de Grisham como su portavoz, mensajes que parecen estar fuera de lugar con los de él.