Un equipo de inteligencia militar reveló que desde hace tres meses se incrementó el flujo de extranjeros (venezolanos y colombianos) que utilizan buses de transporte interprovincial en la ruta vial de Tulcán a Huaquillas, la mayoría de ellos para cruzar la frontera con Perú utilizando pasos clandestinos.

“Existen personas que cobran hasta $ 400 por persona, les aseguran el paso desde Colombia a Ecuador y luego hacia Perú, incluso les dan custodia y hospedaje”, manifestó Mario Sánchez, jefe de Operaciones de la Brigada de El Oro.

Por la pandemia del COVID-19, la frontera con Perú al igual que con Colombia permanece cerrada para evitar la propagación de contagios.
Las investigaciones revelan que existe una red de trata de personas en la que participan presuntos coyoteros que operan en Colombia, Ecuador y Perú.

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En cada paso clandestino deben pagar hasta $ 30. Los extranjeros denuncian que pasan frío, hambre e inseguridad en esa travesía que hacen.
La madrugada del martes se realizó un operativo de control en la vía Panamericana, a la altura del antiguo control militar, donde constataron que los buses que venían del norte del país llevaban como pasajeros al menos un 80 % de ciudadanos extranjeros.

“Salimos desde Colombia a Ecuador y hasta llegar a Huaquillas nos ha tomado algo de tres días. Estoy viajando con mis sobrinas que van a reunirse con su mamá en Piura”, comentó Víctor Arvelo, un ciudadano venezolano que llegó a Huaquillas alrededor de las 05:00 del martes.

Algunos de los extranjeros duermen en parques y aceras del cantón Huaquillas, otros con mayor suerte encuentran refugio en viviendas ocupadas por sus coterráneos.

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Durante el día continúan y son guiados por los presuntos coyoteros para cruzar la frontera entre Ecuador y Perú usando pasos clandestinos. (I)