La deuda pública agregada del país llegó hasta noviembre del 2020 a un total de $ 60.049 millones, que representa actualmente el 62,11 % del producto interno bruto (PIB) del país. La cifra es 10,08 % más alta que la registrada en noviembre de 2019 y que llegaba a $ 56.780 millones. Entre tanto, solo en diciembre, el Gobierno recibió casi $ 2.200 millones, sumando lo entregado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con lo que la cifra cerraría en niveles mucho más altos.

La deuda creció de manera muy importante en 2020 por dos razones, dice José Hidalgo, director de Cordes. La primera es que la necesidad de endeudamiento se incrementó, debido a la caída de los ingresos fiscales (petróleo y tributos) como consecuencia de la pandemia y, por tanto, el país requirió de mayores recursos. En segundo lugar, el monto de la deuda frente al PIB también subió, debido a que el tamaño de la economía se redujo. “Aumenta el numerador (volumen), pero se reduce el denominador (PIB)”, explica.

Hidalgo sostiene que en este año de pandemia muchos países debieron acudir al endeudamiento, pero también emitieron moneda para hacer frente a la crisis, alternativa que no tiene el país dolarizado. En el caso de Ecuador, el Gobierno recibió al menos $ 7.100 millones de multilaterales, lo que permitió cubrir necesidades y sin esos recursos, la situación hubiese sido mucho más complicada, dice.

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Tanto en el gobierno anterior, de Rafael Correa, como en el actual, el país ha tenido un fuerte endeudamiento. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Economía y Finanzas, entre 2007 y el primer trimestre de 2017, es decir en diez años, recibió $ 51.114 millones de desembolsos en el sector público no financiero. De ese monto, $ 32.389 millones correspondían a deuda externa, aunque esta cifra no incluye las ventas anticipadas que en esa fecha no se consideraban deuda. Como deuda interna recibió $ 18.724 millones de desembolsos.

Entre tanto, en cuatro años, desde el segundo trimestre de 2017 hasta noviembre del 2020 (última cifra publicada oficialmente) el gobierno de Moreno recibió $ 32.822 millones, de esta cifra $ 30.195,9 fueron deuda externa y el resto ($2.626 millones) fue deuda interna.

Para Santiago García, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, el incremento tan marcado del endeudamiento no es algo casual, sino que responde a la imposibilidad que hubo de encontrar consensos para, mediante leyes, lograr recuperar recursos desde la propia economía interna con una reforma tributaria.

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García sostiene que tanto el gobierno de Lenín Moreno como el de Rafael Correa entraron en un proceso agresivo de endeudamiento y han utilizado a la deuda como una herramienta importante para la economía. En el caso de Correa, la deuda se basó en buena parte en fuentes alternativas como los préstamos con el Gobierno chino y también hizo uso de la deuda interna con el Banco Central y el Banco del IESS (Biess). Duplicó la emisión de bonos y luego puso más énfasis en el endeudamiento con multilaterales, que tiene plazos más amplios y tasas de interés menores.

Para el analista, si bien 2020 fue un año de endeudamiento agresivo, el perfil de la deuda sí ha mejorado. Pues se dio la renegociación de deuda de bonos, en mejores condiciones de tasas y plazos. Pero, además, el nuevo financiamiento que ha llegado de parte de multilaterales es más conveniente que la deuda conseguida tanto en el gobierno de Rafael Correa como en el del mismo presidente Moreno en los mercados internacionales de bonos.

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El analista sostiene que la diferencia ha sido que el Gobierno anterior se endeudó de manera importante, aun con una bonanza petrolera.