Desde su fundación, Estados Unidos ha tenido en total cuarenta y cuatro presidentes. Todos ellos hombres, quince demócratas, diecinueve republicanos y el resto pertenecientes a partidos ya desaparecidos.

Treinta y dos de los presidentes cursaron estudios universitarios, siendo la carrera más común la de derecho, cursada por veinticuatro, seguida por carreras de humanidades (cuatro). Las universidades más comunes fueron Harvard y Yale, aunque algunos aprendieron de manera autodidacta, como sucedió con Abraham Lincoln.

Entre las profesiones más extrañas antes de ocupar la Casa Blanca, está el caso de Herbert Hoover, ingeniero de minas en China; el de Ronald Reagan, actor y presidente del sindicato principal de Hollywood; el de Warren G. Harding, que fue periodista; el de Harry S. Truman, cronometrador en la estación de ferrocarril de Santa Fe o el de Theodore Roosevelt, historiador.

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Benjamin Harrison, vigésimo tercer presidente de los EE. UU., cuando aún no había establecido una carrera en derecho, comenzó una actividad secundaria bastante arcaica: trabajar como pregonero en la corte por 2,50 dólares al día, según su sitio web presidencial oficial.

Mientras tanto Calvin Coolidge, trigésimo presidente de los EE. UU., antes de convertirse en abogado y gobernador, tomó un trabajo de fin de semana bastante inusual en la escuela secundaria. Según el Southwest Times Record, Coolidge fabricó carritos de muñecas en la Ludlow Toy Manufacturing Company.

Asimismo, el 38º presidente de Estados Unidos, Gerald Ford, dijo que trabajar como guardabosques en el Parque Nacional de Yellowstone fue "uno de los mejores veranos de mi vida", según la Fundación del Parque Yellowstone.

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Hasta ocho presidentes dedicaron su vida en exclusiva a la carrera militar.

Entre los Estados que más presidentes han dado al país están Virginia (ocho), Ohio (siete), Massachusetts (cuatro) y Nueva York (cuatro), aunque la representación geográfica es muy amplia en los doscientos años de historia presidencial. Hay uno de California, Richard Nixon; uno de Misuri, Harry S. Truman o incluso de Hawai, Barack Obama.

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La Casa Blanca es la residencia oficial del presidente y centro de su administración, en Washington D.C.

Si de pioneros se trata, George Washington fue el primero en ocupar el cargo; Abraham Lincoln (1861-1865), el primer republicano en ser elegido presidente; John F. Kennedy (1961-1961), el primer católico; Barack Obama, el primer afroamericano; Theodore Roosevelt, el presidente más joven electo a los 42 años; Ronald Reagan (1981-1989), con 73 años, el más viejo en ser electo; y Richard Nixon (1969-1974) el primero y único en renunciar al puesto.

Grover Cleveland es y seguirá siendo el único presidente de la historia que lo ha sido dos veces no consecutivas, como el 22º y 24º presidente de Estados Unidos.

El mandato más corto de la historia de las presidencias en Estados Unidos lo protagonizó Henry Harrison (febrero-marzo de 1841). Harrison asumió la presidencia a una edad ya avanzada para la época, a los 68 años, tras una larga carrera militar.

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De acuerdo a CNN, su estado de salud se empeoró debido a que pronunció un discurso inaugural de más de dos horas (el más largo pronunciado) en un día de temperaturas gélidas sin llevar el conveniente abrigo. Al cabo de treinta días de aquel juramento, falleció debido a una neumonía, convirtiéndose así en el presidente norteamericano más breve y el primero en morir ocupando el cargo.

Fallecidos en el cargo

Otros tres presidentes fallecieron en el cargo por motivos naturales. En 1850, Zachary Taylor murió debido a una gastroenteritis aguda; Warren G. Harding, involucrado en una gran cantidad de casos de corrupción, sufrió un infarto mortal el 2 de agosto de 1923; y Franklin D. Roosevelt pereció como resultado de una hemorragia cerebral el 12 de abril de 1945, cuando faltaban pocos meses para que la Segunda Guerra Mundial llegara a su final.

No obstante, el récord más siniestro del país tiene que ver con la gran cantidad de presidentes que fueron asesinados en el cargo.

El primero de ellos fue Abraham Lincoln, quien recibió en el Teatro Ford de Washington D.C. un disparo en la parte trasera de la cabeza, en una acción de un fanático confederado llamado John Wilkes Booth. Dieciséis años después, el 19 de septiembre de 1881, James A. Garfield fue asesinado por Charles J. Guiteau, un escritor y abogado resentido con el presidente por no haberle concedido un cargo.

El asesinato de Abraham Lincoln en el Teatro Ford.

El presidente William McKinley murió a causa de los efectos de ser tiroteado dos veces por el anarquista Leon Czolgosz, lo que resulta paradójico si se tiene en cuenta que la administración McKinley estuvo probablemente detrás de la muerte del presidente español Antonio Cánovas del Castillo, también a manos anarquistas. John F. Kennedy fue el último en ser asesinado, en su caso presuntamente a causa de dos disparos del francotirador Lee Harvey Oswald el 22 de noviembre de 1963.

La lista de presidentes asesinados no es más elevada simplemente porque algunos se salvaron de milagro de los intentos de magnicidio. El 30 de enero de 1835, Andrew Jackson, séptimo presidente de EE.UU., fue tiroteado a la salida de un funeral por un pintor de casas resentido. Según cuenta la tradición, Richard Lawrence creía pertenecer a la realeza inglesa y culpaba al presidente de haber impedido su ascenso al trono como Ricardo III debido a la guerra de 1812 contra los británicos.

El "Rey Chusma", apodo con el que se reconocería al presidente Jackson por su excéntrico populismo, salió ileso del ataque defendiéndose con un bastón que casi le cuesta la vida a su agresor.

Ronald Reagan, por su parte, solo llevaba 69 días como presidente cuando sufrió un atentado que estuvo cerca de matarlo. El 30 de marzo de 1981, a la salida de una conferencia en el Hotel Hilton de la capital, John Hinckley, le disparó seis veces con un revólver Röhm RG-14. La sexta bala ingresó por la axila de Reagan y se detuvo en un pulmón, a dos centímetros del corazón. Reagan sufrió una importante hemorragia interna, pero los médicos lograron estabilizarlo.

Gerald Ford no solo sobrevivió a dos atentados, sino a dos en el mismo mes. El 5 de septiembre de 1975, Ford fue atacado a la salida del Capitolio de California, en Sacramento, por una mujer llamada Lynette 'Squeaky' Fromme, miembro de La Familia Manson. Afortunadamente, la pistola de Fromme falló cuando intentó apretar el gatillo de su pistola calibre 45. Un agente del servicio secreto la detuvo antes de que pudiera volver a intentarlo.

Diecisiete días después del incidente en Sacramento, Ford volvió a ser víctima de un intento de magnicidio en este mismo estado por parte de otra mujer. Cuando salía del Hotel St. Francis de San Francisco, Sara Jane Moore le disparó a pocos metros, pero no acertó en su objetivo antes de que un exmarine que estaba entre la multitud la redujera.

Sucesión

La tradición y luego la ley impiden hoy a los presidentes perpetuarse en el poder, lo cual ha dado lugar, como alternativa para aferrarse a la Casa Blanca, a la creación de auténticas dinastías políticas. John Quincy Adams (11 de julio de 1767-23 de febrero de 1848) fue el primer presidente hijo de otro presidente (John Adams) y el primero que ocupó el cargo sin haber ganado unas elecciones.

En los comicios a los que acudió en 1824 el candidato que recibió más sufragios fue con cierta diferencia Andrew Jackson, seguido por Adams, William H. Crawford y Henry Clay. Dado que el ordenamiento jurídico no contemplaba la posibilidad de una segunda vuelta y la diferencia entre candidatos era muy pequeña, se determinó que la decisión quedara en manos del Senado. El apoyo de Clay a la candidatura de Adams le convirtió en presidente.

Otras dinastías políticas han sido la de los Bush, George H. W. Bush y George W. Bush, que fueron presidentes un total de doce años; la de los Kennedy (aunque ninguno de sus hermanos llegó finalmente a repetir la presidencia de John F. Kennedy) y la de los Roosevelt. Los dos grandes referentes de sus respectivos partidos en el siglo XX, el republicano Theodore Roosevelt y el demócrata Franklin D. Roosevelt, compartían apellido y parentesco.

George W. Bush (hijo) y George H.W Bush (padre).

El presidente Theodore Roosevelt, republicano, era primo en quinto grado de Franklin, un demócrata también asentado en Nueva York. A pesar de sus diferencias políticas, las dos ramas de la familia estaban muy unidas, hasta el punto de que Franklin se casó con la sobrina de Theodore en 1905. (I)