El anuncio efectuado por el presidente de Colombia, Iván Duque, el sábado 17, en Pasto, ubicado a 85 Km de la frontera colombo-ecuatoriana, sobre una probable apertura del puente internacional de Rumichaca genera expectativas en más de 8.000 negocios en Ipiales.

Gustavo Estupiñán, exalcalde de esa ciudad fronteriza y representante en la Cámara de Colombia, exhortó al primer mandatario colombiano para que disponga una pronta reapertura del ducto binacional con todos los protocolos sanitarios para evitar la propagación del COVID-19.

Estupiñán adelantó que los alcaldes de Ipiales y Pasto, y el gobernador de Nariño están trabajando en el tema para rehabilitar este mercado bilateral que activa la dinámica comercial entre los pueblos de la frontera.

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El mandatario colombiano comentó que ya habló sobre esta posibilidad con su homólogo Lenin Moreno y que el ministro de Salud de Colombia, Fernando Ruiz, se había reunido con la mesa de expertos para evaluar los riesgos.

Valorando el comportamiento de la epidemia en Nariño, existiría un camino positivo, dijo Duque el sábado 17. Y adelantó que en esta semana esperan mantener una teleconferencia con el equipo de salud de Ecuador para analizar la reapertura para el 1 de noviembre.

"La reactivación segura depende de nosotros los colombianos y depende de los controles compartidos que tengamos con la hermana república del Ecuador", agregó la autoridad colombiana.

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Óscar Ruano, gobernador de Carchi, opinó que abrir la frontera no sería un buen negocio porque podría ocasionar varios problemas, por el considerable número de casos en la frontera sur colombiana.

Los registros epidemiológicos señalan que mientras en Nariño hasta el sábado 17 existían 20.059 casos, en Carchi únicamente había 2.888. Tulcán contabilizaba 1.653 e Ipiales, 2.256.

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El gobernador Ruano dijo a EL UNIVERSO que va a provocar una reunión con los gobernadores de Esmeraldas, Sucumbíos e Imbabura para analizar el tema, ya que las principales ciudades de estas provincias han logrado reactivarse económicamente en los últimos meses.

Para Jairo Pozo, presidente del Frente Cívico del Carchi, abrir el puente sería peligroso no solo en el ámbito sanitario sino porque habrá una fuga masiva de dólares por la avalancha de compradores ecuatorianos que vendrían desde diferentes ciudades del país.

Varios gremios locales consideraron que sus ingresos mejoraron con el cierre del viaducto y coincidieron que los grandes beneficiarios serían los comerciantes colombianos, especialmente porque viene el mes de diciembre que es considerado de compras.

Propusieron la creación de un corredor comercial en Rumichaca, únicamente para comerciantes, abriendo dos andenes de las calzadas del puente, que posibilitaría el intercambio comercial pero previo el pago de tributos aduaneros.

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Otra de las demandas es que se respete la canasta familiar fronteriza que consta en el convenio de Esmeraldas que posibilita a los habitantes de las ciudades de frontera movilizar productos entre las dos ciudades por más de $ 400. (I)