Durante los últimos 40 años Guayaquil ha tenido los edificios más altos del país, que superan los 100 metros de altura. Desde inicios de los años ochenta y por más de una década, El Forum, ubicado frente al parque Centenario, mantuvo el estatus de ser el más alto por sus 105 metros y 29 pisos.

La edificación construida por la Inmobiliaria Centenario, a cargo de Miguel Salem, cedió ese lugar en 1995 cuando se inauguró el edificio del banco La Previsora. Con 135 metros y 35 pisos, el inmueble levantado en la avenida Malecón se convirtió en el más alto.

Diecisiete años después una nueva iniciativa privada surgió y destronó a La Previsora: The Point, la torre de oficinas de Ciudad del Río, que alcanza 137 metros con sus 36 pisos.

Publicidad

Ese proyecto demandó $ 48 millones y desde su inauguración se convirtió en una imagen icónica de esa zona del centro y una parada obligatoria para turistas.

Christian Wiese, arquitecto quiteño que diseñó ese edificio, señala que Guayaquil en los últimos años se ha convertido en un referente con los desarrollos inmobiliarios impulsados en zonas del norte por diferentes grupos empresariales.

“Es una ciudad que ha comenzado a crecer verticalmente en algunos puntos y en especial en el Gran Guayaquil”, dice Wiese, quien cree que se tiene una ordenanza que favorece ese crecimiento vertical y que puede ser aprovechado más en los próximos años.

Publicidad

Uno de los grupos que ha estado involucrado en el desarrollo inmobiliario en las últimas dos décadas es Pronobis, que impulsó The Point. El primer proyecto de este grupo fue el Mall del Sol, que costó unos $65 millones. Alrededor de este se desarrollaron hoteles, torres de oficinas y médicas.

La promotora ha impulsado 53 proyectos a nivel nacional, la mayoría en Guayaquil. Juan Albán, gerente de Pronobis, señala que hasta la actualidad se han invertido más de $ 900 millones en esos desarrollos.

Publicidad

José Macchiavello, presidente ejecutivo de Etinar, una constructora involucrada en la ejecución de edificios y centros comerciales, refiere que Guayaquil se ha movido en el campo inmobiliario gracias al impulso de la empresa privada.

Y ese movimiento ha estado vinculado a la capacidad de producción, especialmente en épocas donde las exportaciones han tenido auge, dice.

Cronistas refieren que el Barrio Centenario surgió en 1920 en pleno boom cacaotero y fue ideado para acoger a las familias más pudientes de Guayaquil. En las 26 manzanas que hay en el cuadrante de Rosa Borja de Ycaza, José Vicente Trujillo, 6 de Marzo y El Oro, aún hay unas 50 casas que datan de esos años.

La creación de Urdesa también se enmarca en una época de auge, con el primer boom bananero. Nació en la década de los cincuenta para una creciente clase media.
“El desarrollo inmobiliario de Urdesa es una iniciativa privada, se creó y se fue poblando gracias a la iniciativa privada”, indica Macchiavello.

Publicidad

Datos de la consultora Market Watch refieren que en Guayaquil hay 55 proyectos de vivienda y 53 de departamentos. Mientras que hay 13 proyectos de oficinas que representan unas 580 unidades.

Ciudad del Río, Ciudad del Sol, Urdesa Norte, Keneddy, la av. Rubira Infante, vía a la costa concentran nuevas propuestas verticales. A esto se añaden las zonas del Gran Guayaquil.

Germán Carvajal, especialista de la unidad inmobiliaria de Market Watch, cree que hay factores que pueden seguir favoreciendo el crecimiento de proyectos en altura en Guayaquil. Indica que hay un segmento de la población que espera seguridad, servicios comunales atractivos, una buena vista y tener una ubicación en sectores recursivos. Además, dice, hay una demanda para el estrato medio ascendente.

En planes hay otros proyectos que podrían superar el récord del The Point: dos torres gemelas de 40 pisos que se proyectan en la av. Malecón y que lo superarán en 25 metros de altura y el Royal Hideaway del grupo Barceló, que se construirá en Urdesa, y se proyecta tener 155 metros de altura. (I)