La presión de Estados Unidos hacia el régimen de Irán vuelve a subir con nuevas sanciones.

El gobierno del presidente Donald Trump impuso este jueves sanciones drásticas al sector bancario de Irán, dando un nuevo e importante paso para paralizar la economía del país, semanas antes de las elecciones en que Trump busca la reelección.

El Departamento del Tesoro sancionó a 18 grandes bancos iraníes, lo que podría aislar en gran medida al país de 80 millones de habitantes del sistema financiero mundial, justo cuando trata de hacer frente a la pandemia de coronavirus.

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El gobierno de Trump no enumeró acusaciones específicas contra la mayoría de los bancos, sino que declaró de manera general que todo el sector financiero iraní podría ser utilizado para apoyar el controvertido programa nuclear de Teherán y su "maligna influencia regional".

"Nuestros programas de sanciones continuarán hasta que Irán deje de apoyar actividades terroristas y ponga fin a sus programas nucleares", dijo en un comunicado el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Esta estrategia "detendría el acceso ilícito a los dólares estadounidenses", explicó.

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El Departamento del Tesoro eximió a las transacciones de bienes humanitarios como alimentos y medicinas.

"En plena pandemia de COVID-19, el régimen estadounidense quiere destruir nuestros últimos canales para pagar por la comida y los medicamentos", denunció el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, en Twitter.

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"Los iraníes sobrevivirán a esta última crueldad, pero conspirar para que un pueblo sufra hambre es un crimen contra la humanidad", añadió.

Según Barbara Slavin, del centro de estudios Atlantic Council, "estas sanciones son sadismo disfrazado de política exterior". "No pondrán de rodillas al gobierno iraní pero debilitarán a la gente común (y) alentarán el mercado negro", señaló en Twitter.

Diplomáticos europeos consideran que las sanciones de Estados Unidos tienen consecuencias humanitarias nefastas, ya que pocas instituciones de otros países están dispuestas a asumir los riesgos de una eventual acción judicial en la mayor economía del mundo si tratan con Irán. El Departamento de Estado contradice esa posición.

"Nuestras sanciones están dirigidas contra el régimen y sus corruptos dirigentes que usaron la riqueza del pueblo iraní para alimentar un causa radical y revolucionaria que ha llevado incontables sufrimientos a Oriente Medio y más allá", expresó el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo.

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Pompeo añadió que los líderes iraníes son responsables por destinar fondos a los militares cuando tienen necesidades sanitarias.

Se aplicarán en 45 días

El Departamento del Tesoro hará efectivas las sanciones en 45 días, dando a las compañías tiempo para cerrar las transacciones en Irán.

Además, el plazo probablemente dará la oportunidad a quienes negocian con Irán de ver el resultado de las elecciones del 3 de noviembre, con encuestas que muestran que Trump va a la zaga del demócrata Joe Biden, quien apoya el retorno a la diplomacia con Teherán.

Trump ha seguido una política de "máxima presión" destinada a controlar a Irán, el archirrival de los aliados de Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel.

El gobierno de Trump se movilizó en particular para detener todas las exportaciones de petróleo iraní, ignorando un acuerdo negociado con el expresidente Barack Obama a través del cual Irán redujo su programa nuclear.

En 2018 Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo internacional sobre la cuestión nuclear iraní, considerando que el texto, que data de 2015, es insuficiente para impedir que Teherán se dote de armas nucleares. También buscaba terminar con el comportamiento "desestabilizador" de Irán en Medio Oriente, y así la Casa Blanca restableció y endureció las sanciones estadounidenses levantadas en 2015