Rossy Bastidas es dueña de la peluquería The Collection y volvió a abrir las puertas de su local el 25 de mayo pasado -guardando los protocolos de bioseguridad- luego de que por la pandemia debió dejar de atenderla. En el local ubicado en las calles Tsafiqui y Benalcázar, de la ciudad de Santo Domingo, las primeras semanas no hubo mucha clientela, pero cuenta que poco a poco ha ido recuperando el ritmo.

Ella es una de las beneficiarias del crédito Reactívate que ofrece el Banco Pacífico. Luego de un trámite “tedioso, pero necesario” logró que el banco le entregara $25 000 que le han servido para solventar los gastos por la pandemia: pago a proveedores y salarios, y mantener los puestos de trabajo de casi una veintena de empleados.

Asegura que el banco le pidió documentación de tres años atrás, pero que no tuvo problemas porque siempre llevaron la contabilidad y los papeles al día. El proceso de aprobación y desembolso duró tres semanas.

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Bastidas es una de las 2217 beneficiarias que ha accedido, entre finales de mayo al 29 de julio, a los créditos que ahora otorga Banco del Pacífico como parte de un fondo de $500 millones dirigidos a micro, pequeñas y medianas empresas.

De acuerdo con las cifras del Ministerio de Finanzas, hasta el momento esas 2217 operaciones representan un volumen de $93,2 millones, es decir, el 18,64 % del fondo anunciado.

Entre las beneficiarias hay de todo: empresas dedicadas a la moda, al comercio, avícolas, sastrerías, tiendas y de turismo, entre otras.

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De acuerdo con la entidad bancaria, entre los requisitos que se piden para el otorgamiento del crédito está que el negocio haya tenido un buen funcionamiento antes de la pandemia del COVID-19 y se evalúa la información con corte al 31 de diciembre de 2019.

También se pide la información de la afectación por la emergencia sanitaria.

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El monto mínimo para micro, pequeñas y medianas empresas es de $500, pero el máximo varía entre $30 000, $300 000 y $500 000, en su orden. El destino del dinero es capital de trabajo, como, por ejemplo, cubrir seis meses del pago de nómina, costos operativos esenciales, obligaciones con proveedores, entre otras.

En el Austro, en Gualaceo, se encuentra la zapatería Serracalza de Miguel Ángel Serrano. El artesano, de 57 años, que tiene ese negocio por dos décadas asegura que nunca imaginó vivir una situación económica y sanitaria tan difícil y que no solo es del país sino a nivel mundial.

Esto lo llevó a requerir el crédito. Pensó conseguir al menos $15 000, pero los respaldos no le ayudaron. Reconoce que “la falta de cultura tributaria de no entregar facturas” hizo que no pueda justificar de mejor forma sus ventas antes de la pandemia. Al final consiguió un crédito de $3000. Esa cantidad, asegura, le servirá para pagar deudas y continuar con su proyecto de generar calzado de hombre, tanto de cuero como deportivo.

El trámite lo hizo de manera virtual con la ayuda de su hija. Comenta que en estas semanas ha podido vender mejor su mercadería e incluso pedir a sus operarios que le ayuden con el trabajo.

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Pero no todos los casos han sido exitosos. Un empresario del sector de servicios de sonido, tarimas, entre otros, que prefiere que lo llamemos Ramiro, cuenta que en su caso el banco ya le aprobó el crédito, pero a la hora del desembolso le dijeron que requería una garantía real de 125 % del crédito. Esto está fuera de su alcance, por lo que, indica, ha enviado una petición para que se revea su caso y aún está en análisis.

Ramiro admite que su negocio ha sido golpeado, pero asegura que requiere el dinero para pagar deudas. Considera que sí podría reactivarlo, pero con un pequeño cambio y dando servicios de instalación de equipos en casa.

Sobre el tema, Holbach Muñetón, presidente de la Federación de Cámaras de Turismo, dice que desde su sector el 98 % de solicitudes les han sido negadas por considerar que el sector es riesgoso y en otros casos por estar ya endeudados con la Corporación Financiera Nacional (CFN).

Comenta que hay personas que han salido favorecidas, pero han tenido la exigencia de garantías. Rechaza que se les pida dichas garantías, pues de los anuncios realizados, se suponía que no eran necesarias y que CFN asumiría el 80 % de la garantía y 20 % el banco. (I)