Un adulto mayor fue hallado muerto en su casa, en San José de Morán, en el norte de Quito, el pasado martes. Habría sido por coronavirus, según los reportes de las autoridades.

Para muertes extrahospitalarias causadas por la pandemia, como la del adulto mayor, se aplica un trato especial. Una vez conocido el hecho se notifica al ECU911 y se verifica que es COVID-19 o sospecha. Se activan equipos del Ministerio de Salud, de la Policía y del Municipio de Quito.

Se desinfecta la zona aledaña antes del ingreso del personal para levantar el cadáver en el sitio específico. La Policía determina el tipo de muerte. Se realiza un primer embalaje del cuerpo mientras se coordina con las funerarias para la disposición final del cuerpo.

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Si la persona que falleció tenía algún tipo de seguro exequial, se lo hace a través de esa modalidad, si no, mediante el IESS, otras públicas u otra previsión mortuoria a cargo de los familiares. Si no es así, hay un convenio con funerarias que de manera gratuita hacen la incineración. Así lo explicó Myriam Lucero, de la Empresa Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs), entidad a cargo del protocolo.

Levantado el cadáver, la funeraria lo coloca en una funda de control biológico y se lo traslada. Durante el proceso se hace el acta de defunción. Luego, la funeraria entregará la ceniza o determinará el sitio donde será enterrado.

Según el Municipio capitalino, el 75 % de cadáveres extrahospitalarios han sido cremados. El resto, inhumado.

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La cifra de fallecidos fuera de casas de salud aumenta.

Entre el 4 de abril y el 7 de julio fueron 112: 13 en la vía pública, 82 en domicilios, 13 en ancianatos y 4 en apoyo a la Policía. Al 6 de julio eran 110.

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De acuerdo con la Secretaría de Salud del Municipio, son 212. Esa entidad los contabiliza desde marzo pasado. (I)