Estudiar cómo ha sido la cuarentena y las repercusiones de la pandemia de COVID-19 es lo que se propusieron la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), que a través de encuestas online lograron reunir varios datos interesantes en un informe titulado "La cuarentena de los ecuatorianos".

En el documento se aborda de manera general datos socioeconómicos, sociodemográficos y aspectos psicológicos. Las encuestas fueron hechas entre abril y mayo.

Los encuestados indicaron que las tres cosas que más extrañaban al estar encerrados eran: el contacto con la naturaleza (60%), visitar a sus familiares (53%) y estar con amigos (51%).

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También se pudo apreciar que 17,5% de los hogares estaban 'superpoblados' y que por esa razón les es difícil respetar la decisión de cierre de actividades.

Otro dato que resalta es que el 59% de los consultados indicó que usaban las redes sociales como su principal fuente de información sobre el COVID-19.

En cuanto al tema económico, el 25,82% dijo que sus ingresos habían disminuido de manera severa durante la cuarentena, mientras que el 1,03% los ha incrementado. El 19,55% no tiene una variación, pero solo el 16,61% no ha visto variación en sus egresos, ligados a un aumento de precio en ciertos productos e incluso por los costos de envío a domicilio. Aunque no han variado en su hábitos de consumo respecto a los alimentos de primera necesidad.

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En tanto, el 29% indica que podrían admitir unos ingresos más bajos si pueden trabajar desde casa, en especial, porque el 61,34% dice tener una familiar en riesgo.

En el mismo campo laboral el 23% afirmó seguir trabajando las mismas horas, mientras que el 17,81% dijo que desde casa trabajaba más. Un 16,17% lo hacía menos.

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Afecta el estado de ánimo

Sobre el aspecto psicológico, apunta que previo a la pandemia los trastornos psiquiátricos representaban una quinta parte de la carga mundial de morbilidad (21,7%), cuando los problemas más comunes eran trastornos depresivos (13,2%) y los producidos por el exceso de alcohol (6,9%).

Ahora, tras la pandemia es normal esperar que la cuarentena y el aislamiento social generen niveles significativos de miedo y ansiedad, algo común frente a un brote de una enfermedad infecciosa.

La ansiedad, el estrés y la depresión se han podido observar en los ecuatorianos y de no ser tratados próximamente podrían generar trastornos del estado de ánimo a futuro. Más mujeres presentan un estado de ánimo disminuido en comparación a los hombres. Esto afecta los pensamiento sobre el futuro y la forma en que manejan las actividades diarias, de acuerdo al sondeo.

La generación millennial, denominada como solitaria, se siente más solitaria tras la llegada de la pandemia y sus consecuencias. Esto se pudo ver en la puntuación obtenida por las personas entre 18 y 36 años, en el que hay estados aumentados de ansiedad. Esto sumado a que ya en 2018 la Asociación Americana de Psiquiatría indicaba que la mayor cantidad de pacientes en la práctica privada eran personas entre 15 y 40 años, hace pensar que las personas en estas edades serán las más afectadas en el aspecto psicológico.

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El hecho de que la pandemia también haya afectado los negocios e ingresos de los millennials los hace un grupo vulnerable.

Religiosidad y salud

En tanto, otro aspecto consultado fue la religiosidad y se encontró que la más mujeres eran más religiosas que los hombres. Además de que quizá con la pandemia haya un giro a usar las creencias religiosas para aliviar la ansiedad, el estrés y los sentimientos depresivos.

Un punto a resaltar trata sobre el acaparamiento, puesto que los consumidores, especialmente los millennials, tienden a ponerse más nerviosos por las posibilidades de escasez, por lo que prefieren comprar en mayor volumen.

El hecho de que sean los más jóvenes de los consultados los que más acaparan podría deberse a que tengan mayores ingresos disponibles al vivir la mayoria con sus padres o a que demuestran menor paciencia y más nerviosismo al hacer sus compras y, por ello, buscan hacer más cosas en la menor cantidad de transacciones.

También se marca que las mujeres han adquirido mayor preocupación y conciencia por la salud.

En conclusión, el trabajo indica que las respuestas ante los fenómenos de aislamientos, cuarentena y distanciamiento social varía de acuerdo al sexo y a la edad. Además de que hay factores psicológicos que podrían afectar el trabajo y la vida en hogar en la época post-covid, pero a su vez hay otros que hacen pensar que retomar esas actividades no será un inconveniente.

El equipo de investigadores del proyecto está conformado por Mariel Paz y Miño, Ph.D en Psicología Educativa y Franklin Velasco, Ph.D Marketing, profesores en la USFQ y por Juan Pablo Díaz-Sánchez y Cintya Lanchimba, ambos Ph.D en Economía. y catedráticos de la EPN. (I)