“Saludos, ciudadanos de Estados Unidos. Esto es un mensaje de Anonymous. Los oficiales que matan personas y cometen otros crímenes deben rendir cuentas al igual que el resto de todos nosotros. De otra manera, creerán que tienen una licencia para hacer lo que quieran”, así fue el mensaje con el que el grupo de ciberactivistas Anonymous reapareció después de tres años de silencio y se sumó a la condena de la muerte de George Floyd.

Anonymous, grupo que nació en el año 2003 en los foros de 4Chan, una comunidad donde cualquier usuario puede publicar un texto o una foto relacionada con un tema sin identificarse, asegura que revelará todos los detalles oscuros del accionar de la policía de Mineápolis, donde tuvo lugar la muerte de Floyd al igual que otros crímenes y delitos que tanto el Estado norteamericano como el presidente Donald Trump han cometido contra los DD. HH., registró la edición digital de Clarín.

“El efecto más importante del colectivo es la concienciación que genera de diversos tópicos, desde corrupción, malversación de fondos, engaños, tiranías hasta pedofilia... ponen a la gente primero a dudar, segundo a investigar más y tercero a crear su propio criterio” dice a este Diario el consultor Andrés Seminario.

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Para Seminario, Anonymous, grupo en el que se conoce que no existe ningún líder y que todos sus miembros alrededor del mundo mantienen un mismo nivel jerárquico, tiene una estricta medición del ambiente social, por lo que considera que sabe aprovechar los momentos y oportunidades para poder ejercer presión.

Daniel Barredo, profesor de la Universidad del Rosario en Colombia y estratega de comunicación digital, dice que Anonymous es “un movimiento relacionado con un concepto clave en la participación en línea: la inteligencia colectiva”, es decir, la construcción de conocimiento de forma masiva, anónima, autoorganizada, solidaria y colaborativa.

“En el caso de Anonymous, las iniciativas se coordinan de forma conjunta a través de las distintas plataformas de la red (foros, redes sociales, chats), que les ayudan a extender las ideas del movimiento a la ciudadanía”, dice Barredo.

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El estratega agrega que para el grupo, que ha hecho de la máscara de la película de V de Vendetta su símbolo, los medios tradicionales “resultan estratégicos porque ayudan a extender el alcance de sus reclamos o denuncias ante esa parte de la opinión pública que no está conectada a internet”.

Anonymous trabaja mediante redes sociales y posee una cuenta de Twitter con más de cinco millones de seguidores, y tiene por lema “El conocimiento es libre. Somos Anonymous. Somos Legión. No perdonamos. No olvidamos”. Adquirió fama mundial con el escándalo de WikiLeaks en 2010 cuando se autodeclaró enemigo de todos los que le negaron ayuda al fundador Julian Assange.

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Seminario apunta a que el éxito que tienen las historias reveladas por el grupo se basa en que se presentan con un storytelling simple que permite a las audiencias comprenderlas fácilmente. “En toda historia hay un villano, una víctima, un héroe, una trama, una secuencia de hechos, son historias fáciles de identificar”, dice.

Hasta el momento han hackeado múltiples sitios web de instituciones gubernamentales, agencias y cuentas de políticos como el expresidente colombiano Álvaro Uribe y del entonces presidente Juan Manuel Santos en el 2011.

En 2015, tras el atentado a la revista francesa Charlie Hebdo, Anonymous amenazó con ciberataques contra el Estado Islámico y poco después reveló una lista de cuentas de Twitter afines al grupo yihadista.

En el caso de Ecuador, el grupo en 2017 se vio vinculado a supuestos hackeos a redes sociales de candidatos del movimiento CREO, pero Anonymous Ecuador negó los ataques. Sin embargo, el mismo año se atribuyó el hackeo de la cuenta de Twitter de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y el año pasado se lo relacionó con ataques a los dominios “.ec” y “gob.ec” tras el retiro del asilo diplomático y detención de Julian Assange en el Reino Unido. (I)

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