Varios son los modelos que se han difundido en las últimas semanas alrededor del mundo sobre acciones para la reactivación económica de comunidades y salidas de medidas de aislamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido tres criterios para que las naciones comiencen a levantar las medidas de distanciamiento:

  • Controlar la transmisión del virus;
  • Garantizar la disponibilidad de salud pública y cuidados;
  • Minimizar el riesgo en entornos expuestos, como establecimientos sanitarios permanentes;
  • Poner en marcha medidas de prevención en el trabajo, en las escuelas y otros lugares de alta frecuentación;
  • Controlar el riego de casos importados y responsabilizar a la población.
  • Apelar a la responsabilidad de la población.

Algunas instituciones también han planteado modelos que permitan tomar estas decisiones para retomar las actividades. Una de ellas es el Instituto Weizmann de Israel propone un modelo cíclico 10-4 (10 días de cuarentena y 4 de trabajo).

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Este es un modelo matemático que propone que las personas trabajen en ciclos de dos semanas, con 10 días en cuarentena y 4 yendo al trabajo o a la escuela. La idea es que en una misma casa, padres e hijos salgan los mismos días a trabajar y a la escuela.

"Es predecible y equitativo, por lo que puede llevarse a cabo durante meses hasta que tengamos una vacuna, tratamiento u otra solución, y mientras la economía puede tener una producción casi continua en turnos", dijo Uri Alon, profesor de Biología Computacional y de Sistemas y uno de los investigadores que desarrolló este modelo.

Para la epidemióloga Andrea Gómez Ayora, un modelo de este tipo es viable cuando se tiene el brote controlado y se tomaron las medidas necesarias para en caso de presentarse un nuevo avance de la enfermedad como camas disponibles en hospitales, realizar pruebas masivas y de PCR, entre otros; situación que no se presenta en el país.

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Gómez considera como riesgoso aplicar este modelo en Ecuador debido que el aumento de la movilidad podría derivar en más casos. "Otro problema que también tenemos en el país es que la enfermedad no es tomada en cuenta como una enfermedad laboral por lo tanto una persona se enferma dentro del trabajo también se vería en el problema de: 'bueno qué va a pasar conmigo si me enfermo en el trabajo y esto no es una enfermedad laboral''".

"Todos estos modelos se basan en la premisa que hay un brote controlado y que la probabilidad de contagio es mínima o incluso hasta cero", añade.

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La especialista complementa que en Ecuador los datos que se conocen son de la situación que ha sucedido en días anteriores porque hay un rezago en los resultados de los tests "lo cual nos impide saber qué pasa en el presente porque lo que se ha ido haciendo hasta el momento es actualizar los datos del pasado".

Juan Carlos de los Reyes, matemático y director del Centro de Modelización Matemática en Áreas Claves para el Desarrollo de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), explica que los modelos son una herramienta de ayuda, pero también hay que saber los límites de predictibilidad que tienen.

Señala que los cuatro días que se proponen corresponden al periodo de latencia de la enfermedad y que allí puede desarrollar los síntomas, reportar al sistema esto y controlar la situación.

"El problema que esos cuatro días no son exactos, no es siempre así, no es una constante digamos, sino que es de media cuatro días. Entonces pueden ir más, pueden ir menos. Por otro lado hay muchas cosas que hay que tomar en cuenta para que esa sea funcional... Es una estrategia teóricamente funcional, pero en la práctica depende de tantas variables que yo no le veo que sea aplicable de esa manera", refiere.

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Considera que para la estrategia sea funcional en el país se debería tener un monitoreo preciso de las tasas de transmisión, así como una detección temprana de los casos.

"Creo que una salida robusta es hacerlo paulatinamente no agresivamente. Creo que eso es errado porque el sistema de salud está frágil y puede colapsar muy fácilmente en el resto del país, así como sucedió en Guayaquil", plantea.

Reyes añade que hay que tomar medidas para que se pueda reactivar la actividad económica como establecer turnos por días, flexibilizar ciertos aspectos, agregar más colores a la semaforización de las medidas restrictivas. "Una cosa es un cantón en una zona agrícola y otra es un cantón en una zona industrial, no debería ser el mismo tipo de semáforo, son medidas diferentes y hay que ser muy imaginativo con respecto a eso".

Para el analista Omar Maluk, la aplicación del modelo de ese instituto deberá tener una economía bastante tecnificada, es decir, la implementación más desarrollada del teletrabajo. Es por esto que considera que en ciertos sectores de la economía se pueden aplicar, pero no en todos los sectores.

"La idea es que todos trabajen un tiempo y otro tiempo descansen para ver si el virus aparece cuando están en su casa, esa es la idea fundamental, puede ser cuatro y 10, 7 y 7, recordemos que 7 días es el número mágico para que el virus aparezca", explica.

Entre las opciones que da es la implementación de una aplicación móvil nacional que funcione con las operadoras donde las personas deban notificar si tiene síntomas para que así los organismos de salud aplique un contingente, en caso de que no se reporte será sancionado. (I)