En Sinchal jamás habían sentido la tragedia golpeando simultáneamente a varias familias en menos de dos semanas. En esta comuna asentada entre las montañas del norte de la península de Santa Elena la muerte se ensañó con quince de sus habitantes.

Unos murieron en sus casas con sensación de ahogamiento, después de padecer varios días con malestar en el cuerpo, tos, cuadros de fiebre y otros síntomas respiratorios.

Tony Pozo, morador de esa comuna agrícola que está en la jurisdicción de la parroquia Manglaralto, perdió a dos parientes entre el sábado y domingo pasados. Su hermana Zoila Pozo, de 63 años, y su sobrino Hugo Borbor, de 48.

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“Comenzaron con malestar, fiebre y después la tos, en menos de 24 horas murieron”, señala consternado Pozo, quien dice que alcanzaron a llevar a su sobrino al hospital de Manglaralto, pero el equipo de oxígeno ya no fue suficiente para él.

En Manglaralto hay quienes ligan las muertes de Sinchal al coronavirus y otros al dengue. Pozo señala que no hay certeza porque, al menos, sus parientes no pudieron someterse a una prueba para COVID-19.

La muerte no solo ronda en Sinchal. En otras comunas de Manglaralto, como San Pedro, también se ha registrado un inusual número de fallecidos. Allí hay 19.

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Walter Yagual, presidente del Gobierno parroquial de Manglaralto, indica que hasta ayer contabilizan 72 muertos en 18 días, el 90 % adultos mayores.

Reconoce que esa alta tasa de mortalidad no es normal en su jurisdicción y es algo que preocupa mucho en medio de esta emergencia sanitaria.

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Él señala que por fuentes del Distrito de Santa Elena conoció que en Sinchal y Libertador Bolívar sí había casos de COVID-19, pero no se cuenta con el cerco epidemiológico y medidas de prevención.

Los comuneros se quejan de que no hay pruebas en la zona ni médicos ni medicinas en los subcentros para socorrer a los enfermos.

Yagual pide a las autoridades gubernamentales transparentar las cifras de muertos, que se especifiquen las causas y envíen ayuda médica necesaria.

En Colonche, otra parroquia del norte, se reportaron 63 muertos hasta ayer. Tomás Villao, presidente del Gobierno Parroquial, asevera que hay la presunción de que la mayoría fueron por COVID-19 debido a que presentaron síntomas ligados, pero a ninguna persona se le han realizado pruebas.

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En las cifras del Comité de Operaciones Emergentes Provincial, cuyo último corte fue a las 23:00 del domingo, se reportan 9 fallecidos confirmados por COVID-19 y otros 126 con cuadros respiratorios que no recibieron diagnóstico, pero son considerados posibles sospechosos.

Pero esa cifra parece distante a lo que está ocurriendo solo en las comunas rurales. Si en el norte hay una cifra importante de muertos, en el sur existe una preocupación similar.

Juanito Apolinario, presidente del GAD de Chanduy, señala que hasta ayer llevaban la cuenta de 66 fallecidos. De esa cifra, casi la mitad están en Bajadita de Chanduy y Pechiche, esta última muy cercana a la cabecera parroquial.

“A algunos les dicen que es por infarto y nada más, yo les estoy pidiendo información a las autoridades, que nos den respaldo. Llamamos al 911 y nada”, asegura Apolinario, quien perdió a un sobrino que comenzó con malestar, fiebre.

El dirigente cree que en la zona rural también hace falta control policial y militar para hacer cumplir los aislamientos y toque de queda. En Chanduy, dice, solo hay tres policías para catorce comunas. (I)

Gobernadora

Versión

La gobernadora de Santa Elena, Datzania Villao Burgos, confirmó que la mayor parte de fallecidos en las comunidades de la provincia son adultos mayores. En la comuna Sinchal, solo el domingo hubo siete muertos.

Brigadas

Ante esta situación, la gobernadora señaló que priorizarán atención médica y entrega de medicinas a personas que tienen cuadros de hipertensión y diabetes. Mañana activarán brigadas a las comunidades afectadas como Sinchal y Pechiche, que registran un alto número de muertos.

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