Un laboratorio ubicado en San Francisco, Estados Unidos, indicó en una entrevista que podría tener una cura para el coronavirus COVID-19 lista para ser probada a mediados de abril.

El laboratorio se llama Distributed Bio y ha creado una terapia con anticuerpos que funcionaría como una vacuna sin serlo. Cuando se inyecta una vacuna se ingresa pequeñas cantidades de un virus y una persona responde en 6 o 7 semanas para crear anticuerpos y así esa persona queda protegida. En cambio, con el tratamiento nuevo una persona quedaría protegida 20 minutos después de que se le proporcione la dosis.

Jacob Glanville, presidente de la firma, dijo en una entrevista con un noticiero chileno que este anticuerpo incluso podría aplicarse a doctores y enfermeras para que los proteja durante un tiempo, que podría ser unas ocho semanas, contra el virus mientras atienden a sus pacientes.

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Glanville dice que eligieron el desarrollo de un tratamiento con anticuerpos por el apuro que se tiene para proteger a las personas y también su economía.

Para ello empezaron a estudiar la opción en enero pasado con anticuerpos anti SARS -el coronavirus SARS apareció a inicios de la década del 2000- y encontraron la forma de rediseñar y adaptar esos anticuerpos para combatir al COVID-19.

Glanville afirma que los coronavirus, SARS y COVID-19, son como "unos viejos primos" y la ventaja es que ya tienen un tratamiento efectivo para uno y con él van a poder anfrentar al nuevo virus.

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La semana del 13 de abril estaría lista la terapia para dársela al ejército de Estados Unidos para que la prueben en laboratorios especiales de enfermedades y saber qué tan efectivo es para neutralizar el COVID-19. Luego, si se cumplen los tiempos como se prevé y la fabricación avanza, podría hacerse las pruebas en humanos en verano y tenerla lista para toda la población en septiembre.

Añadió que no habrá limitaciones para distribuir la medicina a nivel global y cada país podrá aplicar el protocolo de uso compasivo.

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El tratamiento podría costar entre 1000 y 500 dólares, dinero que deberán costear los gobiernos para ayudar a personas que no lo puedan pagar.

Granville dice que su compañía también va a querer ganar algo de dinero, pero que eso no será un impedimento para abaratar costos ya que solo la integran 30 personas.

En las próximas tres semanas definirán si es mejor aplicar la terapia inyectándola -opción que prefieren- o a través de vía intravenosa. (I)