La Federación de Pueblos Awá (Fecae), asentada en las provincias de Carchi, Esmeraldas, Imbabura y Sucumbíos, resolvió blindar los 22 territorios, donde viven más de 4000 indígenas, para evitar un posible contagio de coronavirus.

El Consejo de Seguridad Indígena resolvió no dejar entrar a personas extrañas a esos poblados ubicados en el cordón fronterizo mientras dura la cuarentena y seguir las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud.

Jairo Cantincuz, presidente de la Fecae, explicó que en cada comunidad saldrá de forma ordenada una por una cada familia hacia los centros poblados para abastecerse de alimentos, medicinas, entre otros, disminuyendo así los riesgos.

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Desde la puesta en marcha del toque de queda se activó la Guardia Indígena, que es la encargada de cerrarle el paso a gente particular que intente entrar a estas jurisdicciones dispersas, informar sobre la presencia de enfermos y no permitir la realización de fiestas tradicionales.

Cantincuz informó que realizan coordinaciones con el Ministerio de Salud Pública para definir un plan de acción y preservar la vida de esta etnia, que tiene nexos con la Gran Familia Awá, ubicada en el suroccidente colombiano.

Los infractores serán sometidos a varios castigos que incluyen el cepo, un paredón, con tres agujeros, en el que los castigados deben ingresar la cabeza y manos y estar por varias horas al aire libre colgados.

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En tanto que en El Baboso (Tulcán), en el límite entre Carchi e Imbabura, los pobladores decidieron cruzar un madero en la vía de ingreso a la comunidad, en una suerte de retén, para cerrarles el paso a los excursionistas y turistas.

Roberto Taicus, presidente de El Baboso, indicó que desde las poblaciones de Lita, Alto Tambo y San Lorenzo comenzaron a llegar a este lugar turístico el último sábado, razón por la que se vieron forzados a colocar el punto de control para evitar que ingresen. (I)