La curva de contagios en Italia sigue subiendo y con más de 3400 muertes, superó a China en número de víctimas. Una de esas muertes es la del paramédico italiano, Diego Bianco. Murió a sus 46 años, el pasado viernes en su casa de Montello tras ser diagnosticado por COVID-19.

Según lo indica el periódico italiano Corriere della Sera, el especialista trabajaba con centenares de personas contagiadas en el Hospital Giovanni XXIII, en una de las regiones más golpeadas por la propagación del virus: Bérgamo, Lombardía.

Bianco tuvo largos turnos en la central del 118, teléfono de emergencias donde respondía a todos aquellos que llamaban por la pandemia. El 7 de marzo comenzó a sentirse mal y le subió la fiebre a 39 grados.

Publicidad

Tras su positivo, los servicios de emergencia fueron desinfectados y algunos de sus compañeros se autoislaron después de experimentar síntomas asociados con el coronavirus. Otros 12 especialistas del mismo hospital, entre médicos, enfermeros y paramédicos habían dado positivo anteriormente.

Su muerte conmocionó tanto a la comunidad médica como en el todo el país, ya que Bianco se ha convertido en una de las víctimas más jóvenes de este virus y no sufría ninguna patología previa.

El paramédico se mantuvo en cuarentena cuatro días y pese a presentar síntomas, la prueba del coronavirus no se le realizó hasta el 12 marzo. Un día después su cuerpo fue encontrado sin vida.

Publicidad

Los problemas respiratorios le provocaron al paramédico un ataque al corazón.

Diego Bianco vivía con su mujer y su hijo de 8 años, se informó.

Publicidad

Unos 2600 trabajadores de la salud se han contagiado con el virus en Italia. (I)