Policías bloquearon el paso y lanzaron gases lacrimógenos a miles de opositores que el martes intentaron sin éxito llegar a la Asamblea Nacional de Venezuela, el mismo día en que la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU denunció que continúan los ataques contra los adversarios del presidente Nicolás Maduro.

Varios cientos de agentes, protegidos por escudos de plástico y apoyados por dos vehículos antimotines, impidieron el avance de la marcha encabezada por el líder opositor Juan Guaidó.

Guaidó, reconocido como presidente interino por casi 60 países, intentó inútilmente negociar con algunos policías para que les permitieran el paso hacia el centro de la capital, pero los uniformados comenzaron a lanzar gases lacrimógenos para dispersar a un grupo de personas que les arrojaban objetos.

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“Hoy este piquete (de policías) no representa a Venezuela. Hoy ustedes representan a la dictadura”, dijo Guaidó a los agentes a través de un megáfono antes del altercado. Aseguró que pese al bloqueo de la marcha “nuestros objetivos a este momento han sido cumplidos. Hoy hemos unificado todas las luchas”.

Para renovar la presión contra Maduro, la oposición llamó a una movilización que aspiraba llegar a la sede del legislativo que desde inicios de año está tomada por las fuerzas de seguridad, que han impedido la entrada a Guaidó y sus partidarios.

La oposición había abandonado desde hace varios meses las protestas ante el desánimo de la población.

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Durante 2019 Guaidó encabezó multitudinarias movilizaciones y un fallido alzamiento militar contra Maduro, quien logró superar la crisis gracias, en parte, al respaldo del alto mando militar y el apoyo de Rusia, China, Turquía y Cuba.

Luego que se dispersó la protesta, un pequeño grupo de manifestantes se movilizó hacia la principal autopista de la capital y cerró temporalmente un tramo de la vía. Otras pequeñas movilizaciones tuvieron lugar en varias ciudades.

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Poco después varios cientos de opositores emprendieron una marcha hacia una plaza en el este de la ciudad donde Guaidó y otros congresistas opositores realizaron una improvisada sesión de la Asamblea Nacional en medio de una vía.

“Hoy es el momento de reimpulso de una lucha, de una lucha que debe ser sostenida”, dijo el jefe del Congreso al anunciar que el 12 de marzo se realizará una nueva protesta callejera.

En tanto, y sin ser obstaculizados por las fuerzas de seguridad, varios miles de empleados públicos, milicianos y seguidores del gobierno -muchos vestidos con las características camisetas rojas- marcharon al ritmo de canciones populares por una avenida del centro de Caracas hacia la sede del Congreso.

Entre los manifestantes estaba Rubén Acosta, un obrero de 50 años que dijo que decidió salir a la calle a protestar contra las sanciones de Estados Unidos “que están golpeando al pueblo”.

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El oficialismo convocó a movilizarse a las fuerzas de seguridad y a los llamados milicianos.

La tensión política y los ataques contra opositores fueron mencionados el martes por la Alta Comisionada Michelle Bachelet en la actualización oral de su informe sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela.

Bachelet observó que continúan “los actos de violencia de fuerzas de seguridad y simpatizantes del gobierno contra parlamentarios de la oposición” y que las agresiones “suelen estar acompañadas por una retórica que estigmatiza, expone y desacredita a las víctimas y justifica la violencia”.

Además señaló que la cifra de venezolanos que emigran sigue aumentando. Según la Plataforma Regional de Naciones Unidas, 4,9 millones de personas han abandonado el país.

La nueva fase de protestas se da tras la gira internacional que realizó Guaidó entre enero y febrero por Europa, Canadá y Estados Unidos y que incluyó encuentros con varios líderes europeos y el mandatario Donald Trump.

Diosdado Cabello, el presidente de la oficialista de la Asamblea Nacional Constituyente, afirmó que los opositores “engañaron a su gente” amagando con ir al Palacio Legislativo, cuando tenían planeado sesionar en otro lugar. “Lo que querían era la foto”, aseveró.

Cabello también rechazó el informe de Bachelet y apuntó que ella “está inhabilitada moralmente para hablar de derechos humanos, cuando no abre la boca para hablar de otros países”.

Un día antes de las marchas Maduro activó de manera sorpresiva la segunda fase de unos ejercicios militares en Caracas y cuatro estados que se extenderán por dos días y los que participan todos los miembros de las fuerzas armadas, integradas por unos 200.000 hombres y más de tres millones de civiles armados conocidos como “milicias”. (I)