China, convertida ante los ojos del mundo en el epicentro de la epidemia de COVID-19, quiere cambiar su imagen y propone su ayuda y conocimientos a los países extranjeros cada vez más afectados por el virus.
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Acusada de ser la fuente del coronavirus, China -igual que sus ciudadanos- ha padecido en las últimas semanas un cierto ostracismo.
China, convertida ante los ojos del mundo en el epicentro de la epidemia de COVID-19, quiere cambiar su imagen y propone su ayuda y conocimientos a los países extranjeros cada vez más afectados por el virus.
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