Durante la Segunda Guerra Mundial los países del Eje tuvieron la ventaja tecnológica por varios años, sin embargo, los aliados terminaron venciéndolos.
La principal potencia del Eje era la Alemania Nazi que entre sus adelantos tecnológicos tenía armamento y naves marítimas.
Publicidad
Entre estas últimas estaban los buques de guerra y submarinos de última generación, que incluían al acorazado Tirpitz, un barco colosal que medía 250 metros y podía transportar a 2500 personas.
Fue uno de los dos acorazados de la clase Bismarck, los mayores barcos de guerra construidos por la armada alemana y las fuerzas del resto de Europa hasta ese momento.
Publicidad
El propio primer ministro de Reino Unido, Winston Chuchill, lo llegó a llamar "la bestia". pero por su poco uso operativo también fue llamada "La reina solitaria del norte", según el sitio Culturizando.
En 1942 el Tirpitz fue colocado frente a las costas de Noruega para impedir cualquier invasión de los aliados y Churchill ordenó hundirlo como fuera posible.
La noche entre el 19 y el 20 de septiembre de 1943 varios submarinos británicos lanzaron ataques contra el Tirpitz con minas, pero la tripulación descubrió el plan, capturaron a algunos de los soldados aliados y movieron el acorazado lo más rápido que pudieron y la explosión temporizada de las minas no logró dañarlo seriamente.
Sin embargo, el rápido movimiento y las detonaciones dejaron varado el barco, pues no debían zarpar por la reparaciones que necesitaba.
Un año después el acorazado recibió ataques aéreos aliados, pero tampoco pudieron hundirlo.
El Tirpitz mientras era bombardeado por aviones británicos. Alrededor del barco también se puede ver el humo artificial que se usaba para ocultarlo.
Tras ser reparado, pero sin estar en condiciones de salir a mar abierto, fue movido a Tromso (también en Noruega). Un error que lo dejó al alcance de los aviones británicos, que lo volvieron a bombardear en noviembre de 1944. Los ataques con bombas de seis toneladas alcanzaron el cuarto de municiones y tras una gran explosión el acorazado por fin terminó al fondo del mar. En ese momento la tripulación era de 1900 personas. De ellas, 1000 murieron.
Un mal legado para el ambiente de la zona
El Tirpitz hundido en las costas de Noruega.
Entre las tácticas que usaron los alemanes para ocultarlo de naves aliadas estaba el usar niebla falsa. Ahora cuando han pasado 75 años se viven los resultados de la afectación que esta niebla dejó en las plantas y los árboles (principalmente pinos y abedules).
Según un estudio de la Universidad Johannes Gutenberg, en Mainz, los árboles de la zona retardaron su desarrollo nueve años y tardaron 30 años en recuperarse. Un muestra demostró que les faltaban nueve anillos en su tronco, que sirven para medir la edad de los árboles.
La conclusión de los investigadores fue que las pantallas de humo causaron severos daños a los árboles. (I)