Llevan la escopolamina en las uñas y en un descuido la colocan en el vaso de cerveza u otra bebida de la víctima o esperan que se vaya al baño para ponerle un sedante.

Esto regularmente ocurre en los centros de diversión nocturna visitados por hombres los fines de semana, cuenta un agente de la Unidad de Robos de la Policía, quien explica que en estos delitos normalmente  operan bandas organizadas que perfilan a los hombres.

“Ven si saca un fajo de dinero, si tiene un buen reloj o si al abrir la billetera se le ven las tarjetas de crédito o de débito. Todo eso mira quien está en la barra, ella o él avisa  a una joven guapa y voluptuosa que se acerca a la mesa y le dice que le invite una cerveza. Ahí, en un descuido lo droga”, dice el agente, quien recomienda estar alerta.

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Él comenta que usan drogas que no los duermen, solo los sedan. Asegura que hacen que pierdan el sentido y que obedezcan órdenes sin oponerse. “Ellos no se desmayan ni parecen borrachos, solo pierden  la voluntad y si estas mujeres les dicen nos vamos, ellos se paran, si los llevan al cajero sacan la plata sin protestar”, afirma.

El fiscal Víctor González explica que pocas ocasiones los culpables son detenidos en flagrancia porque las víctimas no son capaces de declarar hasta días después de ser atendidas, y en ocasiones mueren.

Además, lo primero que se hace es dar atención médica y se realizan exámenes de sangre y orina en el Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación (Inspi). Ahí buscan determinar con qué sustancia se dopó a la víctima, que normalmente es abandonada en calles oscuras de los barrios.

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Al menos cuatro hombres han fallecido este año en Guayaquil en estas circunstancias.

Uno fue abandonado en las calles Calicuchima y Chimborazo; a una cuadra de ahí hallaron a otro hombre escopolaminado. La segunda víctima tenía signos vitales y fue trasladada a un hospital, donde recibió atención médica.

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El primer hombre murió en el sitio. Él no tenía su celular, tampoco su billetera, pero los agentes de Criminalística hallaron la cédula en la mano del fallecido.

Otra víctima fue encontrada el fin de semana pasado en Nueva Prosperina. Aunque tenía una herida de arma blanca en el abdomen y murió desangrado, los vecinos contaron que se habría dado una riña cuando bebía con dos mujeres en una casa del sector, pero la autopsia determinó que el hombre tenía en su sistema un sedante.

Según cifras de la Fiscalía, se han reportado 340 casos de escopolaminados en lo que va del año en la provincia del Guayas, 279 han ocurrido en Guayaquil, donde cada fin de semana se reporta por lo menos un caso.

Los detenidos por este tipo de robo son pocos, declara el fiscal González. No es fácil descubrir estos casos porque en ocasiones las víctimas deciden no denunciar o no continuar con las investigaciones porque tienen esposas y quieren discreción.

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Pero no solo los hombres son víctimas de estas bandas. En diciembre pasado, tres mujeres y un hombre fueron hallados en las calles de Las Malvinas, en el sur de Guayaquil.

EN FLAGRANCIA

Dos mujeres fueron detenidas en un hotel del centro de Guayaquil, en junio pasado, cuando el administrador del sitio vio, a través de las cámaras, cómo ellas sacaban en brazos al hombre con el que habían entrado minutos antes.

En el lugar se encontraron preservativos y 16 pastillas de clonazepam y una cápsula con un polvo blanco.

Otro sedante que es usado para este propósito es benzodiazepina, que aunque no se vende de forma libre en las farmacias, sí se consigue en sitios como la Bahía, dice el agente. El frasco cuesta menos de $5.

Este delito está tipificado en el artículo 189 del Código Orgánico Integral Penal. (I)

La ley dice

Art. 189

Si en el robo utiliza sustancias que afecten la capacidad volitiva, cognitiva y motriz, con el fin de someter a la víctima, de dejarla en estado de somnolencia, inconsciencia o indefensión o para obligarla a ejecutar actos que con conciencia y voluntad no los ejecutaría, será sancionada con pena privativa de libertad de 5 a 7 años. Si por el robo se ocasiona la muerte, la pena privativa de libertad será de 22 a 26 años.

340

escopolaminados

en la provincia del Guayas investiga la Fiscalía de esta provincia. En Guayaquil, se han dado 279 casos.