Un fiscal de Nueva York aseguró este miércoles en una corte federal que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, recibió millones de dólares en sobornos de narcotraficantes a cambio de protección, incluido del capo mexicano Joaquín "Chapo" Guzmán.

Las explosivas declaraciones del fiscal Jason Richman tuvieron lugar en el primer día de juicio del hermano del presidente, el exdiputado hondureño Juan Antonio "Tony" Hernández Alvarado, de 41 años, acusado de traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos desde 2004, durante más de una década.

Tony Hernández está preso en Estados Unidos desde hace casi un año. Enfrenta una sentencia mínima de cinco años de cárcel y un máximo de cadena perpetua.

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"Lo más importante, el acusado era protegido por el presidente (de Honduras), que ha recibido millones de dólares en coimas de narcotraficantes como el Chapo Guzmán, que personalmente entregó un millón de dólares al acusado para su hermano", dijo el fiscal Richman al jurado al arrancar el proceso.

El presidente hondureño calificó la declaración del fiscal como "100% falsa, absurda y ridícula" en su cuenta de Twitter.

"Esto es menos serio que Alicia en el País de las Maravillas", escribió Hernández, en respuesta a un tuit de la AFP informando sobre las palabras del fiscal. 

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1. De hecho, el fiscal no dijo eso, nunca dijo que el Presidente recibió nada. 2. Y la alegación en sí es 100% falsa, absurda y ridícula... esto es menos serio que Alicia en el País de las Maravillas.@AP @CNN @Reuters @ReutersLatam @nytimes @nytimeses @EFEnoticias https://t.co/2pZJVCIyLC

Richman aseguró que Tony Hernández pertenecía a "una organización auspiciada por el Estado que distribuyó cocaína durante años" en Estados Unidos, y que era protegida por una red de funcionarios hondureños corruptos, entre ellos "alcaldes, legisladores, generales de las fuerzas armadas, jefes de la policía".

También acusó al 'violento' exdiputado de ordenar al menos dos asesinatos de narcos entre 2011 y 2013.

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Vestido de traje azul, el acusado se mostró tranquilo y escuchó los alegatos con la ayuda de traducción simultánea. 

Dos de los 17 hermanos del acusado y del presidente estuvieron presentes en la corte. Uno de ellos, Amílcar Hernández, dijo que las denuncias de varios "criminales" presos en Estados Unidos que serán testigos en el juicio "son efecto del combate a la narcoactividad" del presidente, que aprobó la extradición de narcos a Estados Unidos.

Frente a la corte, unos 50 hondureños agitaron banderas de su país, alzaron carteles que leían "Libertad para Honduras" y exigieron la extradición del propio mandatario.

Omar Malone, abogado de la defensa, recordó la buena relación que Honduras tiene con el gobierno de Donald Trump, y dijo que esta no sería posible si su cliente fuese un gran narco.

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"El presidente de Honduras interactúa con Estados Unidos como cualquier otro presidente de cualquier otro país", afirmó en su alegato inicial.

Juan Orlando Hernández es aliado de Trump en temas de inmigración y seguridad, y estrechó su mano la semana pasada en Nueva York.

Un nuevo acuerdo entre ambos países, similar al firmado ya con Guatemala y El Salvador, permitirá a Washington obligar a algunos migrantes a asilarse en Honduras.

"Intocable"

El fiscal Richman dijo que el acusado, miembro del Congreso de 2014 a 2018, se sentía "muy confiado e intocable" porque era hermano del presidente y controlaba con sus coimas "todas las ramas del gobierno".

"Creía que podía operar con total impunidad", precisó la fiscalía en una moción presentada a la corte en agosto.

En ese documento, la acusación afirma que el expresidente Porfirio Lobo (2010-2014) y Hernández, electo en 2013 y reelecto en cuestionados comicios en 2017, recibieron dinero del narco para sus campañas.

El presidente Hernández recibió de uno de los testigos cooperantes de la fiscalía al menos 1,5 millones de dólares de dinero sucio para su primera campaña, y unos 40.000 dólares para la segunda, según la acusación. Y Lobo recibió del mismo testigo dos millones de dólares para su campaña, añadió.

La fiscalía señala que Lobo y el actual presidente fueron co-conspiradores del acusado, y que ambos fueron "electos presidentes en base, al menos en parte, de ganancias del tráfico de droga".

Ambos rechazan las acusaciones y ninguno ha sido inculpado formalmente por la justicia estadounidense.

La fiscalía planifica llamar como testigos a cinco exnarcos presos en Estados Unidos que asegura fueron cómplices del acusado, entre ellos a Alexander Ardón, un exalcalde que se entregó a la DEA en febrero.

Otro testigo será Devis Leonel Rivera Maradiaga, exlíder del cartel hondureño Los Cachiros que confesó haber matado a 78 personas, y que declaró en 2017 haber sobornado a Tony Hernández cuando era diputado, en el marco del juicio de Fabio Lobo.

Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, fue condenado en 2017 en Nueva York a 24 años de cárcel por narcotráfico. (I)