Tras permanecer 25 días en el cargo Oswaldo Larriva renunció a la Gobernación del Azuay dejando por segunda ocasión a la provincia en manos de un funcionario encargado. Su débil estado de salud y limitaciones físicas para desplazarse habrían sido las razones para tomar esta decisión. La noticia fue confirmada por un alto funcionario del Gobierno quien pidió la reserva de su nombre.

Larriva, de 73 años de edad, fue designado para esta dignidad el pasado 5 de septiembre y en una entrevista otorgada un día antes de su posesión aseguró que “estaba en condiciones”, pero que debía mantener los tratamientos médicos a los que se somete desde el 2016 tras ser diagnosticado con un tipo de leucemia. El día de su presentación estuvo en silla de ruedas y en las pocas apariciones se notaba el paso de los años.  

En sus pocos días como Gobernador, Larriva no participaba de los actos oficiales o recorridos nocturnos en barrios. El último acto oficial se desarrolló el pasado viernes en la plaza de El Otorongo donde se celebró el Día del Turismo. Tampoco atendió a los maestros jubilados que protestaron la semana pasada en los exteriores de la Gobernación. Según la exprofesora, Saida Ulloa, cada vez que pedían audiencia les decían que estaba enfermo o no estaba en la oficina.

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El 9 de septiembre tuvo una aparición pública para participar de la Agenda Unidos por Cuenca y dos días después acompañó al presidente de la República, Lenin Moreno, en dos eventos por el aniversario del Seguro Social Campesino y la presentación del Proyecto Juego Limpio 2030. En ambas tuvo que desplazarse en una silla de ruedas.     

En junio pasado Xavier Enderica renunció al cargo y quedó al mando el jefe político Xavier Martínez durante tres meses. (I)