Las aspiraciones presidenciales de José Tuárez se habrían confirmado con el mensaje de despedida con el que sorprendió al personal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS): “¡Nos vemos en Carondelet!”.

A las 14:00 de ayer, la Asamblea Nacional notificó al Consejo, y a los exvocales José Tuárez, Rosa Chalá, Victoria Desintonio y Walter Gómez con la resolución de su censura y destitución, que se resolvió la noche del miércoles con 84 votos afirmativos por incumplimiento de funciones.

Sus oficinas ya estaban desocupadas. Solo Tuárez seguía ahí cerrando trámites.

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Decidió hablar con los periodistas, aunque con la condición de que sea por grupos. Exigió que no le digan cura porque es “despectivo” sino ‘fray’.

Explicó sobre el monto de su patrimonio, pues dijo que asciende a menos de $ 40.000. Pero, en contraste, en los registros de la Contraloría General del Estado constan dos formularios: uno en el que se dice que es de $ 372.000 y otro con $143.209.

“Desde los 15 años empecé a trabajar, me ha gustado mucho el negocio, y nunca he estado de brazos cruzados. Lo que tengo que es muy poco, y con el sudor de la frente. Solo calumnias infundadas. Mi patrimonio no llega ni a $ 40.000”, afirmó.

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Antes de irse reunió a los funcionarios para despedirse, con la promesa de que trabajará por los pobres, y que sería como el expresidente José María Velasco Ibarra, hablándoles desde los balcones, contaron fuentes cercanas.

Los cuatro exvocales se autonombraron los ‘consejeros de la verdad’. Su mandato duró 63 días, de los cuatro años que debían cumplir, en los que configuraron una mayoría, cuyas decisiones los llevaron a la censura y destitución.

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En medio de esto, el ambiente en el Consejo es de preocupación. El personal habla de ‘acefalía’, de los despidos, y la urgencia de que se instale un pleno que apruebe la proforma presupuestaria para el 2020 que debe enviarse el martes.

Ese pleno podría autoconvocarse hoy, una vez que la Asamblea notificó su resolución, y se integrará una correlación de fuerzas distintas.

Ibeth Estupiñán reemplazará a Desintonio; David Rosero, a Gómez; Juan Dávalos, a Tuárez; y Francisco Bravo, a Chalá.

Ellos, excepto Dávalos, respaldaron al inicio de esta gestión a los tres vocales que eran minoría: Christian Cruz, María Fernanda Rivadeneira y Sofía Almeida; y con ellos elegirán a sus nuevas autoridades.

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Se conoce que Cruz aspira a llegar a la presidencia; y Rivadeneira, a la vicepresidencia.

Esta última dijo ayer: “Que sea quien tenga que ser”; mientras que Almeida está dispuesta a apoyar a uno de sus colegas que “pueda consensuar con todos los consejeros”.

Caso Tuárez alcanzaría al CNE transitorio

La Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional archivó el tercer pedido de juicio político que se tramitaba en contra del expresidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) José Tuárez.

Él, Rosa Chalá, Walter Gómez y Victoria Desintonio fueron censurados y destituidos por el pleno legislativo por incumplimiento de funciones.

El último proceso lo planteó el legislador Raúl Tello (BADI) por falta de probidad de Tuárez, por los documentos que presentó para la inscripción de su candidatura en el Consejo Nacional Electoral transitorio (CNE).

La presidenta de la Comisión, Johanna Cedeño, confirmó ayer que se tomó la resolución porque ya no tiene razón de ser, pues Tuárez no “puede ser juzgado dos veces por la misma causa”.

Cedeño dijo que el expediente se envió a la Fiscalía General y a la Contraloría General, para que se investiguen las acciones de Tuárez y del CNE.

Además no desestimó que se analicen nuevas responsabilidades políticas en contra del CNE por cómo realizó la revisión de documentos para las inscripciones de los candidatos al CPCCS, “si es que algún asambleísta decide impulsar un juicio político”. (I)