En la parroquia Quinchicoto, cantón Tisaleo, sur de Tungurahua, funciona la fábrica Lufeli, cuyo principal producto es la tableta de chocolate.

Su administrador Jorge Carrera comenta que la barra es el resultado de un siglo de tradición familiar, que surgió en la época de intercambio comercial entre la Costa y la Sierra.

Relata, recordando relatos de sus antepasados, que pobladores de Quinchicoto migraron a la Costa buscando trabajo y que al volver a su tierra natal traían pepas de cacao de óptima calidad, que las mujeres convertían en el más exquisito chocolate.

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Geovanny Carrera, propietario de la fábrica Lufeli, asegura que es la quinta generación que elabora el tradicional chocolate de taza, y que hace cerca de 150 años ya se lo saboreaba en la comunidad. Comenta que el cacao se lo molía en piedra y que luego en los molinos, a mano.

Geovanny Carrera señala, además, que ahora también elaboran máchica y que al mezclarlo con chocolate se obtiene el tradicional chapo, bebida que era muy demandada por los ancestros, sostiene.

Comenta que desde hace dos semanas elaboran chapo de manera industrial y que aún en Quinchicoto quedan unas 40 personas produciendo tabletas de chocolate de manera artesanal. Dice que buscan que la gente se deje cautivar de la cultura gastronómica ancestral.

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Destaca que el chapo bien puede ser consumido por deportistas de alto rendimiento, ya que el chocolate y la máchica poseen complementos nutricionales. Afirma que tiene incidencia en la longevidad.

El propietario de la fábrica Lufeli menciona que están en un plan de promoción, incluidas visitas en parroquias, ciudades y provincias aledañas, porque allí la población conoce de alguna manera al chapo.

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“Queremos lograr un sentido de pertenencia del chocolate y de la máchica, para de ahí buscar que se incluya en el kit escolar porque son productos muy efectivos”, sostiene. (F)