Jorge Ch. permanece con una bala incrustada en el glúteo derecho. No puede pasar mucho tiempo sentado. Los médicos le indican que si se somete ahora a una cirugía estaría en alto riesgo su vida.

Esa incómoda situación la vive desde el 11 de julio pasado. Ese día estaba en una faena de pesca cuando dos lanchas se acercaron a la embarcación en la que estaba. Los hombres dispararon.

Una de las balas quedó incrustada en la nave y otra en su organismo. “Solo sentí que sangré. Los disparos fueron directos a la fibra, se nos llevaron todo, quedamos a la deriva”, dice el pescador, que suma las pérdidas en casi $ 20.000.

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Entre la mañana y tarde de ese mismo día, otros pescadores sufrieron el robo de algunos motores fuera de borda, artes de pesca y otros implementos en varias caletas pesqueras de Manabí.

Antonio S. vio de cerca cómo la vida de su hijo corrió peligro por los piratas. Esa madrugada, mientras se encontraban pescando a 16 millas en sus dos lanchas, varios sujetos se les acercaron y dispararon a las lanchas para evitar que ellos reaccionaran ante el asalto.

Los piratas se llevaron la lancha donde pescaba su hijo y lo pasaron a la otra, a la que se le llevaron el motor y el arte de pesca. Este pescador adeuda 7.000 dólares a dos entidades bancarias y esta semana debía pagar una letra.

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No sabía cómo iba a asumir la deuda y a la vez obtener los recursos para alimentar a su familia.

“A mí me pusieron el arma en la cabeza y un cuchillo en el estómago, uno que tiene que dejarse robar, uno no tiene resistencia”, cuenta Antonio mientras en sus manos tenía la foto de su lancha sustraída de la que espera tener respuesta.

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A José M., oriundo de Jaramijó, también le robaron ese 11 de julio mientras pescaba frente a las costas de Bahía de Caráquez.

Solo en las últimas tres semanas, en las oficinas de Fiscalía de Espacios Acuáticos de Manta (que analiza casos de Manta, Jaramijó y Puerto López), se presentaron 15 denuncias por robo de motores.

Alfonso Vélez, titular de esa oficina de Fiscalía, dice que las cifras de denuncias han incrementado en el presente año. Por ejemplo, indica, en el 2017 se presentaron 17 denuncias de robos a lanchas y en el 2018, 21 denuncias. Hasta el pasado miércoles ya se habían denunciado 31 casos de ataques de los denominados piratas de mar.

En los últimos casos, los piratas no solo han robado, sino que atacado a los pescadores. Incluso, los asaltantes han optado, luego de cometido el atraco, en llamar a los perjudicados para chantajearlos a cambio de devolverles lo robado.

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Agrega que de los últimos atracos denunciados la mayoría se ha presentado en el sector de La isla de la Plata, frente a las costas de Puerto López. 

Víctimas

Joselito Mero, dirigente de la Asociación de Pescadores Artesanales Océano Pacífico de Puerto López, dice que la práctica del chantaje por parte de piratas también la han experimentado pescadores de Santa Elena. El dirigente indica que ante la imposibilidad de adquirir nuevo arte de pesca hay quienes optan por aceptar ser chantajeados, dando una determinada cantidad de dinero a cambio de sus lanchas, motores fuera de borda sustraídos. (I)