Imagine que usted es dueño de un hotel en cuya entrada hay un portero llamado Miguel. El portero le abre la puerta a los huéspedes. Ayuda con las maletas, les consigue un taxi, reconoce y saluda a cada huésped, les da una sensación de seguridad. Incluso, con su uniforme elegante, es una señal de estatus del sitio.

















