Por Martha C. White

Acaba de abrirse un nuevo frente de batalla en la guerra comercial entre Estados Unidos y China: la industria turística estadounidense de 1,6 billones de dólares.

El año pasado, un hotel de Los Ángeles que desde hace mucho es popular entre los viajeros chinos percibió un declive del 23 por ciento en su ocupación y otro del diez por ciento en lo que va de este año. En la ciudad de Nueva York, el gasto de los turistas chinos, que es casi del doble del gasto de otros visitantes extranjeros, se redujo un doce por ciento en el primer trimestre. Asimismo, en San Francisco, los camiones llenos de turistas chinos, que solían ser el soporte de un negocio de joyería fina, han dejado de llegar en los últimos años.

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Las cifras de la Oficina Nacional de Viajes y Turismo del Departamento de Comercio muestran una marcada reducción en la cantidad de turistas chinos el año pasado.

A los profesionales de la industria les preocupa que la disminución se está acelerando este año, lo que afecta no solo a las aerolíneas, los hoteles y los restaurantes, sino también a minoristas y atracciones como los parques de diversiones y los casinos.

Tori Barnes, vicepresidenta ejecutiva de relaciones públicas y políticas en U.S. Travel Association, una agrupación comercial, dijo que los chinos eran especialmente valiosos porque gastaban un promedio de 6700 dólares durante sus estancias: un 50 por ciento más que otros visitantes internacionales.

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“Los viajeros internacionales en realidad ayudan a reducir el déficit comercial”, dijo Barnes. “No se toma tanto en cuenta la industria de los servicios como un bien de exportación”, pero es uno significativo, agregó.

De acuerdo con los datos de la Oficina Nacional de Viajes y Turismo, 2,9 millones de viajeros chinos visitaron Estados Unidos en 2018, una reducción de los 3,2 millones en 2017.

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Es probable que la tasa de este año sea todavía menor, dijo Adam Sacks, presidente de Tourism Economics, una consultoría. “No está mejorando en 2019”, afirmó. “El riesgo es que empeore”.

Sacks agregó: “Si observamos la década anterior, el turismo chino aumentó a una tasa anual de crecimiento promedio del 23 por ciento. Después se detuvo abruptamente y empezó a reducirse en 2018”.

Señaló lo que él describe como “un estudio de caso de este mismo suceso en el pasado, ya que China básicamente ha convertido el turismo en un arma”. En 2017, el turismo chino en Corea del Sur disminuyó casi un 50 por ciento, mencionó, luego de que Corea del Sur desplegó un sistema de defensa con misiles que China dijo que podría usarse para espiar a su territorio.

La semana pasada, ese ejemplo fue citado en un informe de Bank of America Merrill Lynch que estimaba el “peor de los casos” con una reducción de hasta el 50 por ciento del turismo chino en Estados Unidos. Sus analistas dijeron que eso podría implicar un golpe de 18.000 millones de dólares para el sector turístico estadounidense.

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La reducción en el turismo chino quizá esté vinculada, en parte, con la desaceleración de la economía china, la cual ha dejado a los consumidores con menos dinero para gastos discrecionales. Sin embargo, los profesionales de la industria del turismo, los expertos en comercio internacional y los economistas dicen que el factor más importante es la guerra comercial y la retórica incendiaria que conlleva. Afirman que Pekín tal vez considera a su numerosa población de viajeros globales como un garrote en su batalla con Estados Unidos.

“Esa es una amenaza real para Estados Unidos, si a China se le acaban las opciones”, opinó Jan Freitag, vicepresidente ejecutivo de la firma de investigación y datos sobre turismo STR. “China tiene una cantidad limitada de cosas a las que puede imponer aranceles. Pero en lo que tienen capacidad para ejercer presión es en el turismo en el extranjero”.

Jacob Kirkegaard, investigador veterano en el Instituto Peterson para la Economía Internacional, dijo que el control tan firme que tiene Pekín sobre los medios nacionales también le da una ventaja muy fuerte. “En China hay un clima político en el que es claro que la prensa, dirigida por el gobierno, ha estado insistiendo en este asunto”, manifestó.

Michael O. Moore, profesor de economía y asuntos internacionales en la Universidad George Washington, coincidió. “Si puedes controlar el mensaje, eso tiene el potencial de ser una ventaja enorme en un conflicto, sin duda”, comentó. “Le dan un toque cada vez más patriótico a todo y presentan una imagen negativa de Estados Unidos, y eso es algo que puede influir en las decisiones de la gente”.

Las grandes ciudades de entrada en Estados Unidos fueron las más beneficiadas del incremento en el turismo chino y ahora están en las primeras filas del declive. “Por ahora nos quedamos con nuestras cifras de 2018, pero hemos empezado a ver indicadores que muestran un debilitamiento en el primer trimestre”, dijo Christopher Heywood, vicepresidente ejecutivo de comunicaciones globales de NYC & Co., la organización de mercadotecnia turística de la ciudad.

La guerra comercial y los problemas relacionados con las visas “nos preocupan”, mencionó. “Todos los obstáculos podrían traducirse en consecuencias imprevistas”.

Heywood dijo que los turistas chinos en la ciudad de Nueva York gastan aproximadamente 3000 dólares por persona en los cinco distritos, casi el doble de lo que gastan otros visitantes extranjeros.

Los hoteles también han quedado atrapados en el fuego cruzado. Mark D. Davis, presidente y director ejecutivo de Sun Hill Properties, propietaria del Hilton Los Ángeles/Universal City, un destino popular para los turistas chinos, dijo que el negocio había mejorado en el transcurso de 2017, pero que decayó el año pasado y se ha debilitado más en lo que va de este año.

“El mensaje general de Estados Unidos ha sido poco amigable en ocasiones”, dijo Davis. “Creo que la actitud es lo que le preocupa a la gente”. (I)