Una marea humana formada por centenares de miles de personas vestidas de negro y clamando: "¡Queremos que retiren la ley!", ha obligado al gobierno de Hong Kong a retroceder, sin que esto calme sus temores o su ira.

Tras una manifestación gigante hace una semana, luego de la peor represión política desde la retrocesión en 1997 de la excolonia británica a China, los hongkoneses hicieron este domingo una nueva demostración de fuerza.

Este día, casi "dos millones" de personas participaron en las protestas, según los organizadores, una cifra que duplica la participación récord registrada la semana pasada.

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"En la marcha de hoy tuvimos casi dos millones de personas", afirmó a la prensa Jimmy Sham, del Frente Civil por los Derechos Humanos. Poco después, el partido prodemocrático Demosisto anunció que su cofundador, Joshua Wong, líder de la "revolución de los paraguas" cinco años atrás, actualmente en prisión, será liberado mañana. 

El inmenso cortejo de manifestantes desfiló por el corazón de la ciudad lleno de rascacielos, ocupando las cuatro avenidas principales.

Más que nunca, están decididos a defender sus libertades. Algunos llevan cintas blancas en homenaje a un militante muerto el sábado al caerse del techo de un centro comercial en el que había desplegado una bandera.

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Otros enarbolan fotos de los enfrentamientos del miércoles entre los policía antimotines y jóvenes manifestantes. "Policía de Hong Kong, debes protegernos, no dispararnos", se puede leer en una pancarta.

La jefa del poder ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, suspendió el sábado el muy controvertido proyecto de ley para autorizar las extradiciones a China, denunciado desde hace meses por la oposición así como también por un amplio abanico de la sociedad.

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Pero los opositores no se conforman con esto. "Queremos la retirada definitiva del texto", exige Angel, una estudiante de enfermería de 21 años.

"Si esta ley termina por pasar, ya no tendremos futuro", teme por su parte Lee, de 40 años, que se oculta tras una pancarta en la que se lee: "Carrie Lam, renuncia-vuelve a tu casa".

Como todos los manifestantes interrogados, la joven se niega a dar su nombre completo.

Rechazo

En virtud del principio "Un país, dos sistemas" que rigió en la retrocesión, Hong Kong disfruta en los papeles derechos desconocidos en el resto de China, entre ellos la libertad de expresión y de manifestación. Esta situación se mantendrá hasta 2047. 

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Pero, cada vez son más los hongkoneses que consideran que China está negando el acuerdo concluido con el Reino Unido en complicidad con el gobierno local. Temen perder sus libertades mucho antes del plazo impuesto de 50 años.

"Es demasiado pronto para hacer cambios de este tipo", estima Cheung, de 30 años, en referencia a las temidas extradiciones. "Una vez que se vote esta ley, ya no podremos disfrutar de las mismas libertades que hoy en día", teme el manifestante, con adhesivos que dicen "No a la ley de extradición" y "Libertad de prensa" pegados en su camiseta negra.

El retroceso del gobierno proPekín, que ha logrado desde hace algunos años frenar las reivindicaciones de los militantes demócratas, constituye sin embargo un hecho raro.

La última vez que los manifestantes habían forzado al gobierno a una marcha atrás de este tipo se remonta a 2012, cuando el gobierno había buscado sin éxito imponer en las escuelas un programa escolar "nacional y moral" con loas al comunismo y al nacionalismo chinos.

"La intromisión china en Hong Kong es cada vez más grande y Carrie Lam no protege a sus ciudadanos", lamenta Alice, una ama de casa de 44 años.

Más allá de la ley de extradición, el movimiento de protesta expresa un resentimiento contra las autoridades que viene desde el fracaso de la "revolución de los paraguas", en 2014. 

Decenas de miles de personas exigieron en vano en aquella oportunidad la elección del jefe de gobierno por sufragio universal. El contragolpe desde entonces fue duro. El ministerio de Justicia ha perseguido a militantes, algunos de los cuales purgan penas de prisión. A otros se les prohibió presentarse a elecciones o fueron descalificados en el Parlamento.

Trump se pronunciará sobre las protestas

El presidente estadounidense, Donald Trump, tiene la intención de hablar sobre las manifestaciones en Hong Kong con su homólogo chino Xi Jinping durante la cumbre del G20 a fines de junio en Japón, dijo el domingo el secretario de Estado, Mike Pompeo.

"El presidente es siempre un fuerte defensor de los derechos humanos", dijo a Fox News el jefe de la diplomacia estadounidense sobre las masivas manifestaciones en la ex colonia británica en contra de un proyecto de ley de extradición hacia China.

"Estoy seguro de que será parte de los temas que abordarán", agregó, en referencia al encuentro previsto entre Trump y Xi en Osaka al margen del G20.

"Estamos atentos a lo que pasa en Hong Kong (...), a lo que sus habitantes dicen sobre las cosas que les preocupan", dijo Pompeo.

El miércoles, las masivas protestas contra el proyecto de ley provocaron los mayores disturbios de la historia reciente de Hong Kong.

La presión popular determinó que la jefa del poder ejecutivo proPekín de Hong Kong, Carrie Lam, suspendiera el sábado el controvertido proyecto.

Los opositores consideraron la medida insuficiente. El domingo, una marea humana formada por centenares de miles de personas vestidas de negro y exigiendo el retiro total y definitivo del texto, desfiló por el corazón de la ciudad ocupando las cuatro avenidas principales. 

Consultado el miércoles en el Salón Oval de la Casa Blanca sobre las manifestaciones, Trump se mostró evasivo. 

El presidente, luego de calificar a las protestas como "gigantescas", dijo simplemente que esperaba que los manifestantes encuentren "una solución con China". (I)